tag:blogger.com,1999:blog-15653825593769480032024-03-19T05:37:36.668-07:00Julio César RomanoAquí encontrarás reseñas de libros juveniles e infantiles y algunas noticias sobre mis propios libros.julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.comBlogger337125tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-51599845353972958962024-03-13T05:26:00.000-07:002024-03-15T09:13:23.723-07:00<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTyULmAnv_03dmnjoBAKwOQB2ylu_ZP59y3LZR1nQeNOIWfuXY1OKN4oWVhr8VxeWGNcWfJDcRrYBlyx3mKwzBXXeJDhdGukwOArUxjKsVzW5f2tSXmOvJNKGyn2MKeqv4uoBau__fIkYtWtznfPIKXimiQ6sGqF1MJoEwMtiAR_8ojKqhFerzaRIu4bU/s1300/la-ciudad-de-kaffa-feodosia-en-crimea-grabado-medieval-2adw64n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1046" data-original-width="1300" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTyULmAnv_03dmnjoBAKwOQB2ylu_ZP59y3LZR1nQeNOIWfuXY1OKN4oWVhr8VxeWGNcWfJDcRrYBlyx3mKwzBXXeJDhdGukwOArUxjKsVzW5f2tSXmOvJNKGyn2MKeqv4uoBau__fIkYtWtznfPIKXimiQ6sGqF1MJoEwMtiAR_8ojKqhFerzaRIu4bU/s320/la-ciudad-de-kaffa-feodosia-en-crimea-grabado-medieval-2adw64n.jpg" width="320" /></a></b></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Nuevo capítulo (II) de El cazador de la muerte negra</span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">2 Año 1346 Caffa,
colonia genovesa</span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Tan
solo unos años antes, en la ciudad de Caffa, los genoveses intentaban
sobrevivir al ataque de los tártaros. Los europeos habían llegado hasta el mar
Negro en su expansión comercial y los mongoles deseaban echarlos fuera de sus
tierras. Aquel lugar se mostraba propicio para el intercambio y los negocios
con Asia.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Las
murallas de la ciudad defendían a los genoveses del ejército del kan Jani Beg.
Este pertenecía a la Horda de Oro y se desesperaba dentro de su tienda, la
mayor entre todas las que poblaban la llanura. Sus generales no podían ni siquiera dirigirle la palabra. Le
tenían miedo y los gritos casi se oían en la ciudad. El cerco que comenzó hace
tiempo no tenía el éxito deseado. Algunos barcos habían entrado sin problemas
en el puerto de la ciudad y el abastecimiento de los genoveses aseguraba más
días de asedio para los mongoles. Estaban fracasando, como ocurrió la vez
anterior. Además, les había surgido un nuevo enemigo que aún no conocían los
jefes de los sitiadores. Pronto lo descubrirían.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Un
esclavo entró en la tienda con la cabeza agachada formando un perfecto ángulo
recto, con el miedo de un pequeño animal bajo las poderosas garras de un león. El
gorro lo sostenía sobre su mano temblorosa. Hablaba de forma apresurada
mientras se inclinaba una y otra vez con movimientos nerviosos llenos de
angustia. Sabía que su delgado cuello corría peligro, pero obedecía las órdenes
de su amo, que le había obligado a estar allí. Nadie se atrevía a dar la
noticia. Solo lo haría él, el más insignificante de los siervos que poblaban el
campamento. Tras unos cuantos rodeos, que aún exasperaron más al gran kan, la
frase salió de aquellos labios blanquecinos y asustados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">La muerte negra ha llegado a tu campamento, mi
señor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Jani
Beg sacó su espada curvada y sin más dilación cortó la cabeza del pobre esclavo.
La noticia no merecía otro premio distinto que la muerte. No era la primera vez
que mataba fuera de la batalla. Muchos creían que había asesinado a sus dos
hermanos mayores para lograr el poder. La sangre roja empapó el suelo y la
manga del ejecutor. Los generales no se inmutaron ante la ejecución, pero sí
ante el anuncio de la destrucción, de la enfermedad que no dejaba a casi nadie
vivo. Alguno la había visto con anterioridad. Unas bubas negras se hinchaban en
el cuello y bajo las axilas. Se extendía de un hombre a otro con rapidez y
estos morían con la nariz y los dedos ennegrecidos por la gangrena. Uno de los
dos soldados que protegía la entrada se palpó el cuello y se tocó la frente en
busca de la fiebre mortal. Estaba temblando de miedo.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; text-indent: -18pt;">- Aprovecharemos esta desgracia –dijo el gran
kan-. La maldita ciudad sufrirá nuestros </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">propios males y será su fin.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Cuando
Jani Beg salía de su tienda casi todos los tártaros del campamento lo notaban.
En el aire se respiraba el terror. Sus órdenes se cumplían de inmediato y nadie
se atrevía a mirar durante más de un segundo a sus ojos. El terrible jefe empujó
la piel que cubría la entrada y se dirigió muy deprisa hacia el lugar donde se
acomodaba a los heridos. Estaba cerca de la orilla del mar Negro. Allí
circulaba la brisa y el aire húmedo ayudaba a la recuperación. También se
evitaban de esa manera los malos olores de la putrefacción o la gangrena. Esas
eran las indicaciones del único médico y se adecuaban a sus escasos
conocimientos. No eran muchos, pero sabía hacer sangrías y torniquetes, como
cualquiera que se dedicara al cuidado de los heridos. Incluso había visto en
una ocasión la manera de reventar una buba pestilente. Sin embargo, al igual
que casi todos los hombres, desconocía cómo se contagiaba aquel mal. Por qué a
unos les tocaba el huesudo dedo de la muerte mientras que unos pocos, muy
pocos, escapaban de esa señal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Un
grito le despertó de sus pensamientos. Allí, delante de él, se encontraba el
kan. Su cabeza redonda y afeitada estaba roja de furia. Su respiración se
entrecortaba por la prisa con la que se dirigió hacia la tienda de los
enfermos, aunque de su boca salieron las palabras con rapidez y energía.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">- Quiero los cadáveres que se haya llevado la
muerte negra. Ya, de inmediato.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El
pobre médico notó el fétido aliento de su gran jefe en la nariz. Parecía subir
desde un profundo pozo negro. Sintió ganas de vomitar, pero tuvo suerte y no lo
hizo. Tenía verdadero pánico a aquel hombre que disponía de la vida y de la
muerte casi como ella misma. Se lo imaginó con una capa y con el rostro enjuto,
como una calavera. En lugar de espada veía una gran guadaña.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">- ¿Has oído? –gritó de nuevo con su arma
apuntando a la cabeza del médico.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="line-height: 200%; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: xx-small;">- </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; text-indent: -18pt;">Aún no ha muerto ninguno. Quizás podríamos
reventar las bubas negras y salvarlos. En una ocasión...</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Jani
Beg golpeó con la empuñadura de su espada el mentón del médico y este cayó al
suelo. No lo hizo con demasiada fuerza pues no deseaba matarlo. Aun así, comenzó
a manar sangre de su rostro amarillento. El gran kan se dio la vuelta y dio
órdenes a los soldados que le seguían.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span></span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Coged a los enfermos y llevadlos adonde yo os
diga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Nadie
se movió. Igual que buitres respetuosos y llenos de temor, esperaron que el kan
olvidara de forma milagrosa la orden que había dado. Uno de ellos miró al suelo
de reojo. Siete moribundos tosían y se retorcían, a la vez que tiritaban por la
fiebre. Su color amarillento se mezclaba con el negro en las axilas y el cuello.
El más cercano gritaba de dolor. Una de las horribles y negras pelotas reventó
en ese momento. Un líquido oscuro se le derramó por el convulso pecho. El olor
nauseabundo alcanzó rápidamente su nariz.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">- </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">¡Cogedlos! –gritó Jani Beg mientras empujaba
uno a uno a los soldados hacia dentro.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El más
alejado del grupo escapó a la carrera. El gran kan tardó apenas unos segundos
en preparar su arco y tensarlo con una flecha. El desertor cayó al suelo con el
dardo clavado en su espalda. Algunos sintieron envidia al principio, pero esa
señal bastó para que entraran bajo la lona que protegía del sol a los enfermos,
como hienas que solo se dejaban llevar por su instinto de protección. Tomaron
los cuerpos ennegrecidos ahuyentando los remilgos, solamente para retrasar unas
horas su propio final. Y siguieron los pasos de su jefe, que ya marchaba por
delante hacia la zona de retaguardia. Allí estaban las catapultas. Lanzaban una
y otra vez enormes piedras que golpeaban sobre los muros o saltaban por encima
de las murallas, aunque muy pocas veces.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">- Esta será vuestra munición –gritó el kan tras
soltar una gran risotada-. Es menos pesada y llegará a su destino con más
contundencia.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Los
cuerpos volaron hacia la ciudad y con ellos la terrible muerte negra. El primer
enfermo votó sobre un tejado y se oyó un crujido de huesos. Quedó allí encima, expuesto
al sol. Un arroyuelo de sangre corrió por entre las tejas. Después, se vertió
poco a poco por la pared igual que una serpiente al acecho. La primera gota
mojó la calva de un comerciante de vinos que ofrecía la mercancía bajo el
dintel de su puerta. Apenas tenía género, pero lo vendía en pequeños vasos como
dosis de medicina altamente curativa. Miró para arriba en busca de las nubes
inexistentes. En ese momento cayó un enorme granizo. El cadáver golpeó la
enorme cuba casi vacía. Las maderas saltaron en mil pedazos y el vino, junto
con la sangre, dejó un charco oscuro y asqueroso en el suelo. Todos los que
allí estaban corrieron despavoridos hacia sus casas. Del cielo caían muertos
llenos de bultos negros y de muy mal aspecto. No conocían la enfermedad, pero
casi todas resultaban mortales en aquellos tiempos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Aquel
día el enterrador tuvo trabajo. Recogió lo que quedaba de los siete cuerpos y
los amontonó en una de las plazas más pequeñas. Allí ardieron sumergiendo toda
la ciudad en un humo negro y maloliente de carne y pelo abrasado. Anunciaba la
destrucción y todos lo intuían con total seguridad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En
solo tres días, el comerciante de vinos se sintió mal y le dolía todo el
cuerpo. Comenzó a temblar y a sentir la muerte en su frente. Pronto le saldrían
aquellos bultos negros. Nadie los había visto nunca hasta aquel momento en que
llovieron los cadáveres.</span></p>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-57073471281298611162024-03-07T00:24:00.000-08:002024-03-07T00:30:14.386-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5w-wweVwKv0MAfCt8nb4-1YPOgjiGF1VnDvFGdq9OigEc7CBIVDPQzdVs1wra3OxdqqjxlUc3GW_PkUynhe_udPTWBED2pyf4jMMIYJ5rRg_mqQMMguB9C7WNBaijL6ydT3Jsgpx7ePBnKzntKQFBnEVd0E4Ek_24aI000P5SOrezrQ2WV8jAEmZQIXU/s800/las-claves-ocultas-de-la-obra-el-triunfo-de-la-muerte-de-pieter-bruegel-3%20(1).jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="800" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5w-wweVwKv0MAfCt8nb4-1YPOgjiGF1VnDvFGdq9OigEc7CBIVDPQzdVs1wra3OxdqqjxlUc3GW_PkUynhe_udPTWBED2pyf4jMMIYJ5rRg_mqQMMguB9C7WNBaijL6ydT3Jsgpx7ePBnKzntKQFBnEVd0E4Ek_24aI000P5SOrezrQ2WV8jAEmZQIXU/s320/las-claves-ocultas-de-la-obra-el-triunfo-de-la-muerte-de-pieter-bruegel-3%20(1).jpg" width="320" /></a></div></div></div></div> A partir de hoy comparto mi novela El cazador de la muerte negra con vosotros. Novela por entregas, capítulo a capítulo. Espero que os guste.<p></p><p><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><br /></span></b></p><p><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">1 Abril
del año 1361, muy cerca de Burgos</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Un
jinete embozado recorría muy despacio el bosque nevado. No le permitía más el
espesor del manto blanco que acolchaba el suelo como hecho sin cortes y a la
medida. Una capucha marrón le protegía la cabeza y la cara. Sus ojos oscuros apenas
le asomaban lo suficiente para ver el camino resplandeciente por los escasos
rayos de sol. La luz le hacía daño y sabía por experiencia que le podía
ocasionar quemaduras. Aun así, continuaba su viaje hacia Burgos. No sabía muy
bien la fecha, pero por aproximación, debía de haber comenzado abril. El tiempo
apenas cambiaba, estacionado en un frío continuo cruel y continuo. Los últimos
años, desde 1340 más o menos, había llovido, nevado y helado como nunca. Al
menos eso decían los hombres que conseguían llegar a los cuarenta. El hambre se
había instalado en todas partes y las tierras apenas tenían unas pocas espigas
de trigo congeladas y duras igual que los filos de las flechas. Las semillas se
habían anegado o podrido con el agua en todos los graneros. Él comía los frutos
y las plantas que encontraba en el campo. Sabía reconocer las hierbas
silvestres, las raíces más tiernas, las setas no venenosas y todo aquello
comestible que le rodeaba en cada momento. También conocía los poderes
curativos y bastante de medicina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">En
cada lugar se presentaba como médico, juglar, mendigo o aprendiz de maestro de
obras, según la conveniencia. Llegaba, observaba y decidía. Cantaba, sanaba,
construía, enseñaba a contar… En sus alforjas portaba los instrumentos
necesarios y un poco de comida húmeda y enmohecida. Por un lateral de la
montura, asomaba casi aplastado una especie de pico hecho con madera fina y
pintado de color blanco. Tenía dos agujeros en el extremo más grueso, cubiertos
de una especie de cristal muy rudimentario de color rojo. Era una máscara
bastante tétrica. Por su carga y su aspecto general, el jinete parecía un
buhonero o incluso uno de esos locos que se azotaban por las calles ante la
nueva enfermedad. Su sayal marrón, no estaba muy limpio y se había llenado de
rotos a causa de los enganchones del camino. Llevaba demasiado tiempo en
marcha.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Pero
solo él sabía lo que buscaba y lo que pretendía. Iba más allá de lo normal. Se
había convertido en un verdadero cazador de la muerte, aunque siempre llegara
tarde. Esta vez notaba que no sería así. Lo presentía y lo había soñado varias
veces. Una plaga se aproximaba. Él esperaría allí para adelantar a su enemiga
mortal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Un
lobo aulló muy cerca de donde se encontraba. Sintió debajo de sus piernas los
músculos en tensión de la cabalgadura. El caballo estiró las orejas y bufó con
miedo. Por un momento se detuvo, por lo que su dueño lo espoleó deprisa con los
talones. Siguió muy a su pesar, solo porque obedecía sin más. Con toda
probabilidad, en su mente asomaría el último ataque de aquellos lobos hambrientos
a los que se les notaban las costillas. Si hubieran tenido más fuerza habrían
acabado con los dos. Alguna de sus coces y la buena puntería del hombre con las
flechas los habían salvado. El animal agachó la cabeza y notó al instante las
correas que tiraban de su cuello. Su amo también tenía memoria. Notaba sus
movimientos lentos y medidos. Notó la mano en las crines. Pretendía hacerle
olvidar su instinto.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="line-height: 200%; text-indent: -18pt;"><span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"><span face="Arial, sans-serif">-</span></span><span style="font-family: "Times New Roman"; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%; text-indent: -18pt;">Giraremos un poco y así evitaremos a los lobos.
Con el viento a favor no nos olerán.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Movió
la brida para indicar el nuevo camino del animal, que se mostró obediente pues
se fiaba de él. El siguiente aullido se oyó más lejos, lo que ayudó a que se
calmaran de nuevo, aunque el bosque les inspiraba cada vez menos confianza.
Este se había cerrado y los árboles unían sus ramas húmedas escondiendo el
cielo a sus ojos. Además, todo olía a podrido en los últimos tiempos, pero allí
mucho más. Los líquenes y el musgo invadían los troncos hasta en el lado más
seco, como una serpiente que los constreñía hasta secarlos. Se deberían oír los
cantos de los jilgueros, los colorines, los gritos de las abubillas y, sin
embargo, la primavera no había llegado, tampoco la época de celo. Nadie parecía
feliz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
hombre embozado bajó del caballo y se quitó el arco que portaba en la espalda.
Se ayudó de él para partir con toda facilidad algunos pequeños troncos que se
encontraba a su paso sobre la capa de podredumbre del suelo. Allí no había
camino y miró hacia el cielo en busca del sol. Vio alguno de sus rayos para
reorientarse. Se había alejado un poco de su destino, pero más adelante
rectificaría. Al menos, ya no se escuchaba a los lobos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Las
pisadas del caballo y del hombre embozado dejaban embarrada la nieve. De ambos
surgía el vapor que confirmaba la baja temperatura del día. Pronto llegaría la
noche. Debían apresurarse. El rodeo se estaba convirtiendo en una gran vuelta.
El sol bajaba muy deprisa dejando a su libre albedrío a la oscuridad. Por
suerte, el bosque se despejaba a cada paso y enseguida se atisbó a lo lejos un
claro. El jinete utilizó un tronco del suelo para subir de nuevo al caballo. Lo
arreó con fuerza. Necesitaba llegar a Burgos cuanto antes para buscar un
alojamiento o, por lo menos, un lugar donde calentarse frente a una buena
hoguera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 10pt 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">¡Allí está la ciudad! –dijo en voz alta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
caballo no le entendió, pero notó que la tensión se relajaba, según disminuía
la espesura del bosque. A lo lejos asomaban algunas hileras de humo y pequeños
tejados de color negro. En medio y muy por encima de ellos, se erigía un enorme
montón de piedras ordenadas y relucientes que apuntaban al cielo. Una catedral
nueva, aunque no acabada, lucía con el color dorado del atardecer. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Se terminarían algún día aquellas grandes
edificaciones?</i> Se preguntó el jinete. No tenían fin y siempre se sumaban
más y más mejoras. Sin duda, las tres catedrales que había visto en su vida
eran para él una muestra segura de que Dios podría existir. A los escasos conocimientos
y medios de la época se unían los inexpertos trabajadores que iban y venían. Se
levantaban unas enormes paredes sujetas por arcos voladores y cimientos
exagerados. Ni siquiera había dinero suficiente para avanzar cada mes por lo
que las obras se detenían sine diem.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Cuando
el sol buscaba su descanso, alcanzó las casas que rodeaban la muralla de la
ciudad. Nunca se acostumbraría al hedor que acompañaba a aquellas familias que
sobrevivían día a día. Allí se mezclaban la pestilencia de verduras podridas,
gallináceas secas, aguas sucias, algo de estiércol de bueyes y cerdos y por
supuesto el olor a hombres y mujeres que solo se lavaban una vez al año. Ni
siquiera el frío evitaba aquellos efluvios. Por un momento, el cazador estuvo a
punto de ponerse la máscara, pero sabía muy bien el efecto que tendría entre
aquella pobre gente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
caballo chapoteaba sobre el barrizal, pues la nieve desaparecía con rapidez en
aquellas calles hediondas, como si su blancura inmaculada huyera de la negra
suciedad. Él también tenía prisa por abandonar el lugar y arreó a su montura
con tanta contundencia que casi acaban con la vida de una gallina. El pobre
animal herido se dio a la fuga cacareando y con una pata casi desprendida de su
cuerpo redondo y medio desplumado. El escándalo apenas inquietó a los
habitantes, que miraron con desgana a aquel hombre que tenía donde ir montado.
Sin duda, estaría muy por encima de ellos y nadie se atrevería a pedirle
explicaciones, aunque hubiera matado con saña a todos sus animales. Solo un
niño siguió con atención los pasos del jinete. El pico que sobresalía de las
alforjas le dejó inmóvil. Había oído algunas historias sobre el hombre pájaro
que traía mal agüero. Un pescozón de su padre, que puso mala cara, lo despertó.
Había miedo en su expresión.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">- No seas insolente. Ese caballero podría darse
la vuelta y tomar justicia por tu atrevimiento. No se mira así a un caballero.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
chico no dijo nada. Salió corriendo en busca de una carretilla, pues debía
acarrear algo de paja para la burra. Por la noche, recordaría la máscara en un
sueño nervioso e intranquilo que no lo dejaría dormir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
hombre del caballo entró por la puerta de la muralla cuando estaban a punto de
cerrarla. Los dos soldados que la custodiaban lo miraron con desgana. Uno de
ellos golpeó el lomo del animal para que se apresurara. Estaban deseosos de
abandonar su puesto. No le preguntaron nada y el jinete se dirigió enseguida
hacia la catedral a través de las estrechas calles de la ciudad. Allí el olor
no mejoraba. Un pequeño reguero de color marrón corría por mitad y exhalaba un fétido
vapor al contacto con el aire frío.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 10pt 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">¡Agua va! –gritó una mujer desde una ventana.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Poco
faltó para que la suciedad lo alcanzara de lleno. El caballo se notó salpicado
y golpeó con fuerza en el empedrado de la calle sobre la nieve derretida. Los
cascos resonaron a modo de queja, como un vecino airado que no soporta más esa
asquerosa costumbre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 10pt 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Tranquilo, tranquilo –le repitió su dueño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Pronto
se abrió aquel pasadizo oscuro a un espacio más amplio. Una plaza que rebosaba
piedras, arena y enormes maderos enseñaba al viajero la enorme catedral, elevada
por encima de cualquier triste construcción cercana. Aunque el edificio se veía
terminado y así lo atestiguaban unas enormes puertas de madera talladas en
relieve y sus cristaleras, eso sí, llenas de polvo, se había iniciado una nueva
obra de mejora. El jinete observó el espectáculo durante un buen rato. Apenas
había dos o tres personas que seguramente se encargaban de cuidar los
materiales por la noche. Las antorchas que colgaban en las paredes se habían
encendido y ayudaban a alumbrar el lugar junto con la luz crepuscular de tonos
rojizos. Nunca se acostumbraría a la maravilla que suponían aquellas
construcciones. Recordó su último trabajo en el tejado. Aquellas finas
esculturas y remates que no vería nadie, solo Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Uno de
los hombres se acercó a él chapoteando con unas botas de piel de conejo sobre
la pequeña capa de nieve que aún quedaba. Llevaba un mandil de cuero y debajo
un sayón marrón de tela basta y gruesa. Al jinete le picó todo el cuerpo al ver
aquella prenda tan tosca. Eso sí, no tendría frío. De su boca salió el vapor
nada más hablar. Aquella lengua del norte le pareció dura y a la vez fuerte. Sin
duda, tenía más energía que la suya. La entendía a la perfección, sobre todo
por sus conocimientos de latín y de las lenguas del sur.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 53.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 10pt 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">¿Deseas algo, caballero? –preguntó el obrero.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
jinete quiso deshacer el equívoco. Iba a caballo, pero no era noble. La montura
la había adquirido como pago por la cura de una grave enfermedad a un señor de
escaso territorio. No tenía ganas de dar explicaciones y, tras desmontar para
estar a la misma altura, abrevió su presentación con buenas maneras.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-indent: -18pt;"> - Soy Mauro. Voy de aquí para allá ofreciendo mi
oficio donde pueda interesar. He aprendido de algunos maestros de obras algunos
trucos para construir. Esta es la cuarta catedral que veo y en la que podría
trabajar, si alguien me da permiso y sustento.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Aquel
hombre lo miró de arriba abajo mientras paladeaba las palabras del extranjero
con ese acento tan musical. El rostro que apenas podía ver le pareció de fiar.
Los ojos anunciaban sinceridad, o eso pensó. Miró hacia una casa cercana.
Estaba llena de polvo y apenas se libraba del mucho deterioro el tejado de paja
ennegrecida. Aun así, su aspecto anunciaba cierto recogimiento, más que la
calle.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; text-align: justify; text-indent: 47.2px;"><span style="line-height: 200%; text-indent: -18pt;"><span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"><span face="Arial, sans-serif">- </span></span><span style="font-family: "Times New Roman"; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%; text-indent: -18pt;">Yo soy Aparicio, el maestro de obra. Ahora no
tenemos mucho trabajo en la catedral. Corren malos tiempos y el dinero escasea tanto
como la comida o la primavera, que ni siquiera desea visitarnos. De todas
formas, mañana probaremos tus cualidades. De momento te ofrezco que pases la
noche en la casa de obras. Está sucia y llena de trastos inútiles, pero no
encontrarás otra mejor a estas horas. Sé bienvenido, extranjero.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El
hombre del delantal ofreció su mano descubierta al jinete. Este la apretó, como
era costumbre en aquella zona. Después, se dirigió hacia la casa con su caballo
del ramal. No le habían ofrecido comida, ni para él ni para su animal. Los dos
tendrían que compartir algunas hierbas duras pero sustanciosas que llevaba en
la alforja. Engañaría al gusano que continuamente le apretaba en el estómago
ayudado por el jugo áspero y el ejercicio interminable de las mandíbulas.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-16488849968856100812024-02-13T03:48:00.000-08:002024-02-13T03:48:26.554-08:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFM5bqZSBuwr29RJI0eFVyVt-p1kLaxSjSdxrdHRhr3sHZvh97FTWCHVp-H6VUyZAJvfBmU45c5M3JXvMK9FW5OuluK9SPwBEHRg9OwSiXbtuVedj9864uV-lN3I0pgP7-IVQ2iufNWqvmo0He9Fk55P-XMuPbXKucswJJKadvvqzgbxnSwwaQT6uKLXk/s844/la%20escolania.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="844" data-original-width="552" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFM5bqZSBuwr29RJI0eFVyVt-p1kLaxSjSdxrdHRhr3sHZvh97FTWCHVp-H6VUyZAJvfBmU45c5M3JXvMK9FW5OuluK9SPwBEHRg9OwSiXbtuVedj9864uV-lN3I0pgP7-IVQ2iufNWqvmo0He9Fk55P-XMuPbXKucswJJKadvvqzgbxnSwwaQT6uKLXk/s320/la%20escolania.webp" width="209" /></a> <b>La escolanía y el misterio del solista. </b>ed. Adarve. Biblioteca de narrativa breve. Jesús Martínez Medina. 2023. para lectores de 12 a 14 años. Se trata de un libro de misterio, como anuncia su título, donde los personajes, jóvenes alumnos de la escolanía, deben resolver en primer lugar sus disputas y conflictos para apurarse en una búsqueda contrarreloj de un buen amigo, el solista del coro. Ello les lleva a una investigación precisa donde se une la extraña enfermedad del abad.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">La historia se desarrolla en busca de un gran final donde todos los misterios abiertos se resuelvan. La intriga se mantiene hasta entonces y se cierra bastante bien con nuevos ingredientes de última hora. Está escrito con un buen estilo, aunque el autor hace alarde de algunas palabras desconocidas en busca de aumentar el nivel de vocabulario de los lectores. Los diálogos también son muy precisos y el ambiente de la escolanía muy logrado. Un buen libro.</div><p></p>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-17500048464060269932022-09-01T04:21:00.001-07:002022-09-01T04:21:08.135-07:00Nuevo libro;: Ignacio de Loyola. Soldado de Jesús<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFmY8IFVHNOWJQ9OqBgVxGqlQHkWmupr6HubxSeFAivqqRoJ_tiz_5qdaybGMi5WIzuarAAyUG75LlGFtT6ZliySFWYEGSu-yejGqORMxMEC6smKukYbyHDF0N4AWm9uJzztJwJEewvnxb2MrPgiPYXBvZGuZxErR3TxBxfRQSByejqboBjpOJETX8/s849/idloyola-2-600.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="849" data-original-width="529" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFmY8IFVHNOWJQ9OqBgVxGqlQHkWmupr6HubxSeFAivqqRoJ_tiz_5qdaybGMi5WIzuarAAyUG75LlGFtT6ZliySFWYEGSu-yejGqORMxMEC6smKukYbyHDF0N4AWm9uJzztJwJEewvnxb2MrPgiPYXBvZGuZxErR3TxBxfRQSByejqboBjpOJETX8/s320/idloyola-2-600.jpg" width="199" /></a></div><p></p><p style="text-align: left;"><br />Nuevo Libro. Esta vez en la editorial Digest Reason. Una biografía novelada de San Ignacio de Loyola en el aniversario de su canonización.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Open Sans Condensed", sans-serif; font-size: 17px; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">La biografía comienza en medio de la batalla, allí donde el santo siempre estuvo, sobre todo en su vida espiritual, como soldado de Jesús. No es fácil encerrar en unas cuantas páginas la vida de San Ignacio de Loyola, pero eso se ha pretendido, hacer un resumen novelado de los acontecimientos que forjaron a uno de los grandes santos de la iglesia, cuya repercusión aún alcanza en nuestros tiempos, no solamente con su gran fundación, la Compañía de Jesús, sino con sus ejercicios ignacianos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Open Sans Condensed", sans-serif; font-size: 17px; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">He pretendido con el libro acercar a los jóvenes esta figura de la iglesia que merece recuerdo y actualización. El estilo por lo tanto es claro y asequible, sin perder profundidad. Se ha novelado su vida, pero sin ir más allá de los hechos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Open Sans Condensed", sans-serif; font-size: 17px; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">Espero que os guste.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Open Sans Condensed", sans-serif; font-size: 17px; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">Aquí podéis comprarlo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Open Sans Condensed", sans-serif; font-size: 17px; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><br /></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: Open Sans Condensed, sans-serif;"><span style="font-size: 17px;">https://digitalreasons.es/producto/ignacio-de-loyola-soldado-de-jesus-2/</span></span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1.75em; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: Open Sans Condensed, sans-serif;"><span style="font-size: 17px;"><br /></span></span></p>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-10648070233168155102021-05-24T04:48:00.000-07:002021-05-24T04:48:01.186-07:00Ventas de libros<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div dir="rtl" style="text-align: right;"><div class="separator" dir="rtl" style="background-color: transparent; clear: both; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-variant: normal; letter-spacing: normal; margin-right: 0px; orphans: 2; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><div dir="rtl" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-variant: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: right; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><div class="separator" dir="rtl" style="background-color: transparent; clear: both; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-variant: normal; letter-spacing: normal; margin-right: 0px; orphans: 2; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHKcFzH6kb3LlzFAvV4o_f5B31MTTpsgOyI-jMphwqMK3EYvs1VrD_vbrcpm8hSE_yMHDlDXb8MDTGcVh-pUgGouUnmtO4P3cjGXKx6jLrw_oIS1fkoTovDWGodV3xg4QAgVELI3KM9Q0/s405/el+pozo+de+los+mil+truenos.gif" style="margin-left: 16px; margin-right: 16px;"></a>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgawOWjBON3fNSYeTrCaGnXVHtQ7zk6pyL8pdGKA930oRFZ7psLRhn7WI8BK8np11BNIF9uK0BmNB1zApSv8usYWuHbBPwNdhJz_fWlfmAfdDesGOjMTxBHoLiRqrxCRHaDflDxZOzhdCw/s405/el+pozo+de+los+mil+truenos.gif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="266" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgawOWjBON3fNSYeTrCaGnXVHtQ7zk6pyL8pdGKA930oRFZ7psLRhn7WI8BK8np11BNIF9uK0BmNB1zApSv8usYWuHbBPwNdhJz_fWlfmAfdDesGOjMTxBHoLiRqrxCRHaDflDxZOzhdCw/s320/el+pozo+de+los+mil+truenos.gif" /></a></div><p dir="ltr" style="margin: 0px 0px 10.66px;"><br /></p><p dir="ltr" style="margin: 0px 0px 10.66px;"><span style="font-family: Calibri;">Mi primer libro apareció en el año 2006, El pozo de los mil
truenos. Después vinieron otros, El auténtico Grial, El último vuelo del ave
Fénix, No escribas sobre tu muerte, La cueva de los Doblones, Cerebro y medio y.…muchos
más. El último fue Un bosque para ti sola. Como veis, unos cuantos libros, 15
en total. </span><span style="font-family: Calibri;">Unos han tenido más éxito y otros menos, pero casi todos los años,
unos 1.000 libros se reparten entre nuevos lectores. La verdad es que algunos
pensarán que son pocos, pero para mí, es una cantidad muy significativa. En 15
años se han distribuido unos 15.000 libros. Para mí es un orgullo. Espero que
se sigan leyendo estos libros, hoy en día, muchos en versión digital, lo que no
aumenta las ediciones. Solo puedo dar las gracias a quienes han leído alguno de
mis libros. Hoy en día es difícil llegar al público juvenil, pero es posible,
ya se ve que es posible.</span></p><p dir="ltr" style="margin: 0px 0px 10.66px;"><span style="font-family: Calibri;">Muchas gracias</span></p><p dir="ltr" style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHKcFzH6kb3LlzFAvV4o_f5B31MTTpsgOyI-jMphwqMK3EYvs1VrD_vbrcpm8hSE_yMHDlDXb8MDTGcVh-pUgGouUnmtO4P3cjGXKx6jLrw_oIS1fkoTovDWGodV3xg4QAgVELI3KM9Q0/s405/el+pozo+de+los+mil+truenos.gif" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><b></b><i></i><sub></sub><sup></sup><strike></strike><span style="font-family: Calibri;"></span><br /></a></p></div></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHKcFzH6kb3LlzFAvV4o_f5B31MTTpsgOyI-jMphwqMK3EYvs1VrD_vbrcpm8hSE_yMHDlDXb8MDTGcVh-pUgGouUnmtO4P3cjGXKx6jLrw_oIS1fkoTovDWGodV3xg4QAgVELI3KM9Q0/s405/el+pozo+de+los+mil+truenos.gif" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div></div><div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-right: 0px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br /></div></div>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-41815355615160753732021-05-11T00:10:00.004-07:002021-05-11T00:10:43.047-07:00Una crítica sobre Un bosque para ti sola<div><br /></div><div><br /></div><div><a style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Imagen" class="galleryImageBorder wsite-image" src="http://www.librosparaleer.es/uploads/2/7/1/0/27105449/7789699_orig.jpg" style="border-width: 1px; margin-bottom: 0px; margin-left: 10px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; max-width: 100%; padding: 3px;" /></a><span style="clear: right; display: table; float: right; margin-top: 20px; margin-top: 40px; max-width: 100%; position: relative; width: auto;"></span></div><div>Os dejo un crítica que han hecho de Un bosque para ti sola. Muy acertada.</div><div><br /></div><div><b><span style="color: #626262; font-size: medium;">Pero es que construir el amor es más...<br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; font-style: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /></span></b><strong style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 700; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">Comentario</strong><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">: Sin dramatismos gratuitos el autor nos regala una historia sencilla y positiva (cosa, esta última, muy de agradecer en los tiempos que corren) Me ha gustado. Por ejemplo me gusta especialmente ese momento paradójico en el que la protagonista piensa que vale la pena haberse quedado paralítica, también me gusta como aparece el dolor… Y me gusta Nino porque va pasado de Azul. Si, aunque no os lo creáis existen tíos así. Yo los conozco.</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">Quizá alguien que sepa de literatura la encuentre un poco “cuadrada”. Como que parece que las piezas se unen pero no termina de complementarse hasta hacer un compacto. Y yo echo de menos algo más de espacio para sedimentar los episodios más intensos, sobre todo al final. Pero bien. Vale la pena leerla.</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">Pero es que… construir el amor es más que darse un paseo por el IKEA de los sentimientos disfrutando -más con la imaginación que con otra cosa- de escenarios agradables, excitantes o estremecedores. No es lo mismo construir que descubrir, pensar que imaginar, ser creativo que tener ideas, amar que enamorarse..</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">El enamoramiento no es necesariamente más verdadero porque sea más intenso. Y, aunque uno se resista emocionalmente, no queda más remedio que darle bastante la razón a la buena de Paula*</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">Lo que pasa es que el libro se acaba cuando se acaba. Pero el enamoramiento es una rampa de lanzamiento y consolidar el amor es un viaje con destino. Sin proyecto común el tenderete se cae. Si, lo primero es “ir en serio” como dicen nuestros protagonistas. Pero si lo que quieres es llegar al amor verdadero (que existe), no queda otra que cultivarlo con corazón y cabeza porque no hay atajos. </span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; font-family: &quot; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">*Mira que tiene mérito esta chica. Yo creo que es el personaje que mejor cae cuando ya ha pasado un poco de tiempo desde que acabaste de leer el libro. A ver cuantos amigos así podemos contar en nuestra vida.</span></div><div><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #626262; display: inline !important; float: none; font-family: "Lato",sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;"><br /></span></div><div><span style="color: black; font-family: Arial;">Es de una página muy interesante que comienza con un listado de libros.</span></div><div><span style="font-family: Arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Arial;">http://www.librosparaleer.es/</span></div><div><span style="font-family: Arial;"><br /></span></div>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-19075406195614743732021-03-04T08:00:00.004-08:002021-03-22T03:54:04.123-07:00La suerte de conocerte. Adolfo Torrecilla<div><img height="187" src="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t5/26/9788432153426.jpg" width="126" /></div><div><br /></div><div>La suerte de conocerte, ed. Rialp, Adolfo Torrecilla, 2021</div><div><br /></div><div>Este libro se sale quizás del ámbito juvenil para hablar de literatura para todos. En él, lo cotidiano se hace arte y sobre todo, el género de diario se agranda para adquirir la idea de multiverso. Por sus páginas aparecen numerosas personas interrelacionadas y que tienen en común al autor. Este se congratula ya en el título de haber sido tan afortunado como para encontrar a lo largo de sus años gentes de todo tipo que le han enseñado a vivir. Pocas veces se reconoce lo que los demás nos aportan y lo que los lugares marcan en nuestra forma de ver y pensar. Aquí los protagonistas del libro serán la amistad, la familia, la literatura y Vallecas, no el autor, como puede esperarse de un diario. Por todas partes asoma el amor de Adolfo Torrecilla por los libros y su buen paladar crítico, labor a la que ha dedicado tanto tiempo.</div><div><br /></div><div>Espero que este libro llegue a ocupar un gran espacio en la literatura nuestra.</div>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-13896619825587133962020-06-26T02:31:00.000-07:002020-06-26T02:31:46.800-07:00Libros juveniles recomendados para este verano. 2020<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsJsSOrbyXPMwxFOfbgtpt-Y5exr-psopz51FaZI9vV_dgFqSgRATaOxOXw6Q6NLEY9oE2bOUF6F7jGkrQs0Y7ey3a_eROqlbHkz3M608N-ikQldP-hyVCaN4b6MazQke2ruI9loDk2Qo/s1600/En-el-mundo-existen-150.000.000-de-libros%25E2%2580%25A6-y-estos-son-los-100-mejores%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="1000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsJsSOrbyXPMwxFOfbgtpt-Y5exr-psopz51FaZI9vV_dgFqSgRATaOxOXw6Q6NLEY9oE2bOUF6F7jGkrQs0Y7ey3a_eROqlbHkz3M608N-ikQldP-hyVCaN4b6MazQke2ruI9loDk2Qo/s320/En-el-mundo-existen-150.000.000-de-libros%25E2%2580%25A6-y-estos-son-los-100-mejores%255B1%255D.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; display: inline !important; float: none; font-family: Calibri; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Este año vamos por lo que no falla. Libros juveniles de
siempre, </span>sin sorpresas. Los libros que han triunfado desde hace tiempo. que no fallan. Al lado, un breve cometario que intenta condensarlo todo, algo imposible.<br />
<br />
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">De libros clásicos</span><span style="font-family: Calibri;"> </span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">1.- Vigo es Vivaldi. J. R. Ayllón. Ed. Bruño. Para aprender
a querer.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">2.- Llora Jerusalén. S. Herraiz. Ed. Bruño. Para ponerse en
la piel del otro.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">3. Blanca como la nieve, roja como la sangre. Alessandro
D´Avenia. Ed. Grijalbo. Aprender a vivir.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">4. Mi planta de naranja-lima. J. M. de Vasconcelos. Libros
Asteroide. La vida misma</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">5. El furor de los normandos. M. Luis Sancho. Ed. Palabra. Aventuras
bien contadas</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">6. Un bosque para ti sola. J. C. Romano. Ed. Palabra. Para
salir adelante</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">7. El misterio Velázquez. E. Cansino. Ed. Bruño. Para saber
y apreciar el arte.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">8. Odisea. Homero. C. Lamb. Adaptación Ed. Gadir. Hay de
todo desde hace mucho tiempo.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">9. La lección de August. R. J. Palacio. Ed. Nube de tinta.
Aceptación y cariño.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">10. <span style="margin: 0px;">Kafka y la
muñeca viajera<i>. </i></span>Jordi Sierra i Fabra. Ed. Siruela. Para pensar.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">11. La ruta de las estrellas. I. Merino. Ed. Anaya. Un poco
de historia aventurera.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">12. El superzorro. R. Dahl. Ed. Alfaguara. Buen humor.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">13. <a href="https://novelainfantilyjuvenil.blogspot.com/2012/10/dioses-tumbas-y-sabios-cw-ceram.html"><span style="color: windowtext; margin: 0px; text-decoration: none;">Dioses,
tumbas y sabios, C.W. Ceram</span></a>. Ed. Aprendizaje selectivo.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">14. Cómo escribir realmente mal. Anne Fine. Ed. S.M. Adaptación
al cambio.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">15. Apareció en mi ventana. Alfredo Gómez Cerdá. Buena
comunicación.</span></div>
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
E<span style="font-family: Calibri;">stán todos reseñados en este blog.</span></div>
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0px 0px 10.66px;">
<span style="font-family: Calibri;">Que disfrutéis.</span></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><span style="font-family: Calibri;"></span>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-48023575024745312582020-06-16T04:29:00.000-07:002020-06-16T04:31:19.015-07:00Comidas con recuerdo XII Las croquetas congeladas y el bacalao a la vizcaína<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<b style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;"><br /></b></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div class="separator" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; clear: both; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: center; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTLyV3xBcTqXu4MN8H5cvN5beb_pbidBsYIYAd9IRdAyeQO4IfjJoH5XZNqoUIf0qR2S7FJjwTcor66nKajwjgCHcj3a-kdzfTprsaAb_d3TqOuHeiawm6lg5WBgjSs_1X2VPObgqHjcc/s1600/bacalao_vizcaina-525x360%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 16px; margin-right: 16px;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="525" height="219" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTLyV3xBcTqXu4MN8H5cvN5beb_pbidBsYIYAd9IRdAyeQO4IfjJoH5XZNqoUIf0qR2S7FJjwTcor66nKajwjgCHcj3a-kdzfTprsaAb_d3TqOuHeiawm6lg5WBgjSs_1X2VPObgqHjcc/s320/bacalao_vizcaina-525x360%255B1%255D.jpg" style="cursor: move;" width="320" /></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Si alguien se pregunta si es
posible que una zapatilla verde pase a ser naranja para siempre, le puedo
contestar sin ninguna duda que eso es posible. </div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Uno de los peores servicios que
te podía tocar era el de cocina. Aquel día por la noche el cabo furrier leyó mi
nombre y el de otros de la batería. Por la mañana debíamos acercarnos a la
cocina, muy temprano, antes que nadie nos levantaríamos para preparar el
desayuno, al servicio de los peores veteranos. Nos colocamos nuestro chándal del
ejército y allí entramos todavía cuando era de noche. Comenzamos a comentar
entre nosotros los aparatos culinarios, unas cacerolas donde cabíamos por
completo, tipo poblado caníbal. Allí movíamos con cucharones también enormes la
leche que se iba calentando con ese cacao instantáneo de olor tan
característico. La mañana acabó limpiando esas cacerolas, las bandejas, lavando
de todo durante unas tres horas. Comenzaba el trabajo de la comida.</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Nos ordenaron a unos cuantos
descargar un camión que llegaba por la puerta de atrás. Comenzamos a descargar
una y otra bandeja de croquetas congeladas. Mi espalda no podía más. Las
metíamos en un macro frigorífico y allí fue donde una de las cajas cayó al
suelo. Unos palees de madera protegían el suelo y entre sus tablas fueron
rodando las croquetas hasta que caían por entre sus ranuras. Quizá el motivo
del sobresuelo era la suciedad del de abajo y el ahorro de limpiarlo. Mi
compañero, el de la gran hazaña de esparcir no sé cuantas croquetas, me miró
con aire interrogativo. Ante la difícil misión de elegir entre un arresto y la
futura salud de los demás habitantes de aquel microcosmos, salió ganando la
mayor posibilidad de que sucediera lo primero a al menor de que sucediera lo
segundo. Nuestros largos dedos fueron atrapando el cuerpo del delito entre las
finas ranuras, a toda velocidad. Recogimos las que estaban visibles y la
bandeja medio vacía fue a parar debajo de otras tres, ocultando las pruebas.
Habíamos salido de ésta, pero aún nos quedaban más pruebas.</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Poco después me encontraba
repartiendo el bacalao a la vizcaína. Un cazo, dos cazos...no paraban de pasar
con sus bandejas. El madrugón comenzaba a afectarme, aún no habíamos comido,
nuestro turno era el de después de todos. Un cazo de bacalao falló su destino y
cayó en una de mis zapatillas verdes del ejército, de ese verde ejército. Ante
mis ojos, cada vez que conseguía mirar hacia esa zapatilla, su color iba
variando hacia un naranja que ni siquiera era el color de la salsa del bacalao.
Se estaba produciendo un prodigio nuca visto, el color verde del ejército,
mezclado con la salsa del bacalao producía un naranja digno de la mezcla de un
gran pintor, digno de su paleta. Si a alguien le interesa el dato, nunca fue
posible, ni con el mejor detergente, que ese color abandonara mi zapatilla;
así, el resto de la mili tuve una zapatilla naranja y otra verde.</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Por fin comimos y desgraciado
el momento en el que lo hicimos. Cuando creíamos que comenzaba un breve pero
fructífero periodo de descanso tras la comida, nos llamaron para la peor de las
labores. Debíamos tirar los cubos de basura, grandes y enormes, llenos de
bacalao y demás restos de la tropa. Los debíamos cargarlos en los cubos, ni
siquiera, gracias a Dios, debíamos descargarlos. Nos organizamos en parejas de
trabajo y cada uno agarraba de un asa. Pesaban casi más que el olor que
emanaban. Mi compañero de fatigas comenzó a ponerse de un color blanco aguado,
en contraste con el negro del cubo. Comenzó al instante a desaguar más bacalao,
esta vez por la boca. Yo aguanté algún atisbo de seguir los pasos de mi
acompañante. Tuve suerte, sin pareja dejé de cargar, incluso conseguí, casi sin
ser visto, alejarme lo suficiente de la escena para no seguir exhalando
aquellos vapores mortales.</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 47.2px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
Aquello acabó cerca de las 12
de la noche, un brigada tuvo compasión de nosotros y nos mandó a dormir, creo
que no me quité ni las zapatillas de doble color para meterme en la cama.</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: black; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-69409412870810745452020-03-10T03:27:00.001-07:002020-03-10T03:27:29.285-07:00Comidas con recuerdo XI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyZmaQ_IQ8dxnO09v-oiZVTx4UAGVb8URaacVw61rfDyTrVcCNzAxcIGdkaeWR3AXQrLUWwavpQbGqrtG9YzbohxUz-x97ShyHe35ZbULLJubirUC7VYj-spErT5t9ve0tBaso9ASUbGg/s1600/plato-combinado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="740" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyZmaQ_IQ8dxnO09v-oiZVTx4UAGVb8URaacVw61rfDyTrVcCNzAxcIGdkaeWR3AXQrLUWwavpQbGqrtG9YzbohxUz-x97ShyHe35ZbULLJubirUC7VYj-spErT5t9ve0tBaso9ASUbGg/s320/plato-combinado.jpg" width="320" /></a></div>
<b>PLATO COMBINADO NÚMERO 7</b><br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Durante la mili en Melilla, olvidarse de las comidas
caseras de las que disfrutábamos nos llevaba a cenar casi todos los días un
bocadillo de la cantina o de las calles de la ciudad. Paseábamos los fines de
semana todo el día fuera de nuestro lugar habitual. Buscábamos pequeños
paraísos distintos, como si nos dedicáramos al turismo. Allí tomábamos una
cerveza en el bar del puerto, en una terraza bajo un sol impreciso en aquella
época del año. Visitábamos las viejas murallas y veíamos los viejos cañones que
manipularan otras personas hacía ya bastante tiempo. Acudíamos al Parador
Nacional a por un café y un servicio limpio con todas las comodidades y accesorios
que usábamos de uno en uno. El helado en el pequeño parque de palmeras donde se
celebraban las fiestas de Septiembre con sus vinos dulces amontillados.<br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Nada sin embargo como el plato
combinado número 7. siempre el mismo los sábados al mediodía tras el
zafarrancho de limpieza de veinte minutos limpiando y dos horas disimulando que
se hacía lo ya acabado. El plato consistía en dos huevos fritos con su yema
amarilla sin clarear, patatas fritas y salchichas, todo con tomate frito sin
limitaciones. Primero los huevos que reventaban alegremente ante el pan que los
presionaba, después las salchichas, para acabar con el hambre y por último las
patatas alargadas. Todos seguíamos el mismo ritual, como acostumbrados a
imitarnos. Charlábamos y desde la parte alta del bar en al que estábamos
veíamos a los demás devoradores de platos combinados que intentaban olvidar.
Nunca más los volví a probar.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-45920348018958565412020-03-03T05:21:00.000-08:002020-03-03T05:22:57.218-08:00Comidas con recuerdo X<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTPoSScq4aavQ_t6bjmXL2BbA1rckhAgxaLUjMLvtC3Mn-_vZmtvN7hjkcYroah7Cr6VbsLSjjOCT5iaghjJwLhosWdiBnIVSBYbBkXoLrnxjGeQGNpcp9tnc9C01i8SqizaJOHY2XP0U/s1600/d51014803eb1432ec80052a90e649a1f%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="347" data-original-width="486" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTPoSScq4aavQ_t6bjmXL2BbA1rckhAgxaLUjMLvtC3Mn-_vZmtvN7hjkcYroah7Cr6VbsLSjjOCT5iaghjJwLhosWdiBnIVSBYbBkXoLrnxjGeQGNpcp9tnc9C01i8SqizaJOHY2XP0U/s320/d51014803eb1432ec80052a90e649a1f%255B1%255D.jpg" width="320" /></a></div>
<b>POLLO A LA MORUNA</b><br />
<br />
Las medicinas del ejército lo
curan todo, además, en décimas de segundo.<br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Llevábamos allí, fuera de casa,
poco tiempo. Apenas un par de meses. Todavía algunos esperaban contra toda
esperanza que sus alegaciones de retorno fueran escuchadas. Las más comunes
eran por exceso de peso o por falta de altura. Aquellos vivían sus días
paseando por las mañanas hacia el dispensario, donde eran pesados y medidos, y
las tardes intentando engordar o recogerse los bajos de los pantalones gigantes
de la manera más digna posible. Hasta siete vueltas conseguía uno hacia arriba
para rematar el apaño con un imperdible en cada pata. Pretendía no pisar sus
propios pantalones al andar. He de reconocer que todos teníamos envidia de
ellos, no trabajaban en el cuartel y aún conservaban cierta ilusión por acabar
su mili antes de tiempo.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Uno de aquellos con exceso de
peso resultaba de trato simpático, rubio y con la cabeza achatada, poco
proporcionada con el resto del cuerpo, llegaba al límite de lo permitido, solía
sentarse en el comedor y devorar todo lo que pillaba. Yo, lleno de
misericordia, le pasaba mis salsas para que terminara con ellas untando todo el
pan posible. Antes de terminar de limpiar todos nuestros platos añadía su ya
célebre frase. “No sé, pero no lo consigo”.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Una noche, como tantas otras,
después de cenar, allí estábamos frente a la batería, en formación, esperando
ser contados y repasados por el cabo cuartel. Después nos leía la minuta y los
servicios. Allí apareció por primera vez y sin que ninguno de nosotros se
percatara el plato que nunca olvidaré: pollo a la moruna, muy típico para
recordarnos el lugar donde nos hallábamos.</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Nunca lo había probado y sólo
lo volví a hacer en otra ocasión, pasados los años, y por hacer gusto a un gran
amigo amante de las lenguas árabes. No estaba malo, la grasa rebosaba por
aquellos muslos y caía en grandes gotas sobre el plato, hasta salpicaba el
traje militar que absorbía toda la suciedad en cuestión de segundos. Mi amigo
el rubio se bebía uno y otro recipiente culinario sin prisas. Pensábamos que de
esta no pasaba, sobrepasaría el peso fijado y sería el día siguiente cuando le
dijéramos adiós para siempre. La tarde terminó pasando con la instrucción en
los cañones, uno de los peores momentos dado el peso de estos y la necesidad de
sujetar sus barras enormes antes de que te cayeran en la cabeza en su
despliegue, lanzadas por uno de los viejos del de lugar.<br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Sólo a la mañana siguiente el
pollo comenzó a surtir efecto, el estómago no podía más, la formación se fue
deshaciendo buscando el baño del fondo de la batería. Corríamos de forma
atropellada y por unos momentos no se respetaban ni las más estrictas normas
acerca del uso preeminente por parte de los “abuelos”, es decir por los que
llevaban más tiempo en el ejército. El sargento intentó poner orden aunque
pronto se vio desbordado por los hechos, bastantes nos encontrábamos
intoxicados sin remedio. La enfermería se llenó, allí encontré, tumbado en una
camilla a mi amigo el rubio, su cara lo decía todo, “maldito pollo a la
moruna”. Pronto una ambulancia se lo llevó al hospital. Los demás nos
conformamos con unas pastillas que debíamos tomar cada seis horas. La primera
la tomé en la litera. Antes sin embargo, de que hiciera efecto, tuve que ir a
evacuar lo que ya no quedaba. Ni las circunstancias más adversas cambian las
reglas. El cuarto de baño de la batería estaba cerrado, tal era la norma,
mientras la instrucción matinal. Tuve que salir a pesar de los consejos de los
demás convalecientes. Nadie podía andar por el cuartel a su aire. Conseguí llegar
escondido hasta la parte alta de los barracones. Me agaché de dolor y por la
necesidad de no ser descubierto más de una vez. Corrí ya sin esperanza de
acabar limpiamente mi excursión a través de los antiguos cañones ya
inutilizados, el mejor chatarrero hubiera deseado estar allí. Me agaché por
última vez y sentí un alivio que bien hubiera valido cualquier arresto.
Abandoné el lugar del crimen con más miedo, una vez remediado mi problema. Poco
tardé sin embargo en llegar a mi litera y abandonarme en un sueño reparador. A
las seis horas, como un reloj, desperté para tomar la segunda pastilla. Así
sucesivamente hasta que llegué a la cuarta y decidí leer la composición de
aquel elemento soporífero antes de perder la conciencia de nuevo. Sí, aquello
consistía en varios elementos que provocaban un sueño ineludible, qué mejor
forma para evitar ir al servicio que la falta de entendimiento.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Pasados unos días los
convalecientes, reintegrados de nuevo a la vida militar, esperábamos con
ansiedad alguna noticia de nuestro amigo el rubio. Estaba con suero en el
hospital y tuvo que pasar casi un mes hasta que le vimos el pelo. Allí bajó de
la ambulancia un nuevo personaje, estilizado, tan alto como antes. Su peso
había bajado increíblemente. Así, no sólo tuvo que terminar el servicio militar
completo, sino que además acabó en el cuerpo de zapadores, aquellos que
desfilaban elegantemente por delante del resto, moviendo su cetme, haciéndolo
bailar sobre sus cabezas. Eran los elegidos por su altura y elegancia. Seguro que
su madre estaba muy orgulloso de él. No hay nada como el pollo a la moruna para
recuperar la figura.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-5288876785116984262020-02-18T02:35:00.001-08:002020-02-18T02:36:29.463-08:00Comidas con recuerdo IX<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY4q0vRtNIsL92xh_Y9ARcl6UR1KYWdVBOwtNWwbroZCbKUtAs5cTkhQUhHLaqciBP_kh6D5c2Xrvz3kOncPgEdJCt8qBE9VJtN2XCD4AjE478bpLPCet2Pjur_pOq6I9yFstfwf-Gt-Q/s1600/callos-a-la-madrilena.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="640" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY4q0vRtNIsL92xh_Y9ARcl6UR1KYWdVBOwtNWwbroZCbKUtAs5cTkhQUhHLaqciBP_kh6D5c2Xrvz3kOncPgEdJCt8qBE9VJtN2XCD4AjE478bpLPCet2Pjur_pOq6I9yFstfwf-Gt-Q/s320/callos-a-la-madrilena.jpg" width="320" /></a></div>
<b>LATA DE CALLOS VERSUS LATA DE
MELOCOTÓN EN ALMÍBAR</b><br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquellos días lejos de casa la
comida se hacía dura, de otro tipo. Así había nuevas experiencias gustativas de
las que ya hablaré o alimentos típicos, sólo cuando tocaba lata o plato
combinado número siete los sábados durante el paseo por las calles de Melilla.
Las latas eran de gran calidad, verdes por fuera, como casi todo lo que
tocábamos y con letras negras casi inapreciables que señalaban la futura
degustación. Estos manjares se reservaban para las maniobras y sin duda era el
segundo mejor momento del día. El primero sin duda sucedía cuando entrábamos en
el saco de la tienda de campaña.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquel día de noche cerrada las
luces lejanas de los carros no alumbraban ni su propio camino. Nos alejamos a
pocos metros para cenar nuestras latas, dos teníamos. El infiernillo para
calentar la comida era ciertamente original. Una placa pequeña con cuatro
cortes por los que se doblaba. Quedaba así una especie de mínima mesa donde
apenas cabía la parte baja de la lata. Debajo del aparato se introducía una
pastilla blanca que ardía sin consumirse para calentar la comida. Era
fundamental abrir la lata un poco para que no estallara. Si difícil es explicar
el proceso, más difícil es llevarlo a cabo a oscuras. Navaja multiusos verde,
lata verde con dos pequeñas aberturas laterales, encendido de la pastilla, creo
que no las consiguieron verdes a juego con todo, infiernillo montado y a
esperar. Todo aderezado con el tiempo escaso, sólo quince minutos para comer.
Bien, la lata de callos estaba calentada. Aún me quedaban diez minutos. Acabé
de abrir la lata con el maravilloso abrelatas. Metí el tenedor a oscuras y me
relamí antes de introducir la preciada carne en mi boca. Un gran trozo de
melocotón en almíbar caliente, casi ardiendo reventó en mi boca. Descubrí que
me quedaban dos opciones, o comerme el melocotón en almíbar caliente o los
callos congelados. Opté por lo primero. Los callos ya me los comería y así los
guardé para disfrutarlos en mi casa. Aún hoy me pregunto por qué las latas de
melocotón en almíbar verdes son más pequeñas que las latas de callos verdes tan
acostumbrados como estamos a que las primeras suelen ser gigantes.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-44811516567272787522020-02-10T00:08:00.001-08:002020-02-10T00:08:57.793-08:00COMIDAS CON RECUERDO VIII<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh94T7niRZeq9qu-Ndxa5iol5HUua4g3yVWXTrPGqLnNEaPW2BurcjJKrukorcml7MqjDWgw7rEKwbGlAXVYPpwWbqfoRTWpnXabldK8pIGBfbMWiCVq2bkDA2w7Mk-k6g0SmoWf11A9oI/s1600/coca+cola.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1204" data-original-width="1200" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh94T7niRZeq9qu-Ndxa5iol5HUua4g3yVWXTrPGqLnNEaPW2BurcjJKrukorcml7MqjDWgw7rEKwbGlAXVYPpwWbqfoRTWpnXabldK8pIGBfbMWiCVq2bkDA2w7Mk-k6g0SmoWf11A9oI/s200/coca+cola.jpg" width="198" /></a></div>
<span style="font-size: small;">LA COCA-COLA</span><br />
<br />
Un lujo,
eso es lo primero que me viene a la cabeza recordando algunos cumpleaños de
amigos infantiles. Eran escasos, claro. Antes no cumplíamos años con tanta
frecuencia como ahora, mejor dicho, no se celebraban anualmente. Mucho ánimo
económico era necesario por parte de los padres, tanto de los celebrantes como
de los invitados, aunque el regalo era algo del todo prescindible. Hasta con
cinco grapadoras menudas me junté una vez que mis padres se decidieron a
celebrar mi cumpleaños y el de mi hermano a la vez. Ellos tenían suerte pues
apenas un año y cinco días nos separaba el tiempo.<br />
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px;">
Los refrescos eran el plato fuerte. Aquellos gases burbujeantes rozaban
nuestros gaznates algún domingo con una Fanta para dos o el día de un
cumpleaños. Recuerdo los vasos de plástico de los cumpleaños de mis primos.
Tenían, también de plástico y formando parte de la estructura vasal, una pajita
mordida por el paso de los niños que conduraba el líquido azucarado de la
Coca-Cola. Lo mejor llegaba después, cuando el primero de los expertos en
celebraciones iniciaba el rito inexcusable de untar las patatas fritas en el
vaso. Las burbujas quedaban adheridas para nuestra mejor observación. Tras el
ritual comenzábamos a tirarnos todo aquello que éramos incapaces ya de digerir.
Era el anuncio del final de ese cumpleaños y el de los próximos cuatro del
pobre celebrante.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-27911116107835447692020-02-03T01:10:00.000-08:002020-02-03T01:11:32.781-08:00COMIDAS CON RECUERDO VII<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicX5v0LhwXnVvq-QWLZGDTrzfmZpqxe9c1V8b-_2lWgzrn7a502hNs1drU1ahLr_REn4Z31fkMvek1OOzLjKjIDrLF0aXbDVJJ-az53G3mr3iJZ-kvqlfHXcQ0SHLO_Uw5U5VSMsULCco/s1600/tortilla-de-patatas-en-microondas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="824" data-original-width="900" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicX5v0LhwXnVvq-QWLZGDTrzfmZpqxe9c1V8b-_2lWgzrn7a502hNs1drU1ahLr_REn4Z31fkMvek1OOzLjKjIDrLF0aXbDVJJ-az53G3mr3iJZ-kvqlfHXcQ0SHLO_Uw5U5VSMsULCco/s320/tortilla-de-patatas-en-microondas.jpg" width="320" /></a></div>
<b>LA TORTILLA DE PATATAS</b><br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Pocas veces puedo hacer una
tortilla de patatas...y me salen bastante bien. El tiempo avanza más deprisa
ahora y este nos falta para las dos cosas más esenciales, picar muy pequeñitas
las patatas y batir los huevos hasta la extenuación. Mi primera tortilla fue
por obligación.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Los antecedentes son muy
sencillos, allí estaba yo pasando una época donde el reloj iba despacio, muy
despacio, en una ciudad de África montaba goniómetros, cañones, hacía
instrucción por la noche...Gracias a una de mis salidas nocturnas oí una de las
frases más célebres de la humanidad. “Por la noche se ve menos que por el día”.
Creo que nadie escuchaba pues aquel señor pudo seguir hablando sin ningún
problema sobre las luces de los coches y cómo había que mirar hacia otro lado
para no vislumbrarse. Detrás de una pared de entrenamiento para lanzar granadas
fumaba yo un cigarro sin ser visto, por la noche se ve menos que por el día. En
fin, comencé a coleccionar maniobras una tras otra e ir de turismo de vez en
cuando a Almería. Allí me encontraba cuando pedí permiso para dormir bajo un
coche mientras los legionarios daban patadas en la oscuridad. Aquello no sentó
bien y al día siguiente me encontraba yo solo tomando una colina cuesta arriba
cuesta abajo con al cartuchera, normalmente vacía, llena de piedras. Subía y
lanzaba una piedra-granada. Sólo me salvó de aquel momento glorioso y similar a
las películas de acción bélica la tortilla de patatas. Sí, yo sabía hacer una
tortilla de patatas, al menos se las había visto hacer a mi madre. Bajé la
colina, creo que había conseguido tomarla y acabar con el enemigo yo solo, y
pedí los elementos indispensables. Alguien me sugirió que hacía falta la sal y
abogué por una vida sana para deshacer mi terrible omisión. Tres ayudantes me
fueron asignados, una tienda de campaña amplia con cocina de gas, una sartén,
aceite, patatas, huevos y....sal, por lo visto a pesar de sus abultados
abdómenes todos tenían la tensión en su sitio. Esperaron a la puerta de la
tienda sentados y jugando a las cartas, recordando las mejores tortillas de
patata que habían comido en su larga vida. ¿Pues qué hacemos tú? Sonaba una y
otra vez en mi cabeza mientras intentaba visualizar a mi madre, que estaba a no
sé cuantos kilómetros de allí, en la cocina de mi casa pelando patatas en
primer lugar. Seguro que luego se deshacían, no importaba cómo las cortaran a
continuación. Yo echaba aceite a discreción en la sartén, sólo había dos formas
de hacer las cosas en la mili, así, a discreción, o en formación. Personalmente
prefería al primera por ser más fácil. Les mandé batir los huevos antes de que
me preguntaran aunque no sabía qué era eso. El mandado sí lo sabía, menos mal.
Movía la mano a una velocidad increíble, tenía mucho nervio el de Écija.
Aquello iba tomando cuerpo cuando alguien pensó que no era necesario freír las
patatas pues si no estaría muy duro el resultado final. Que no las muevas, sí a
buenas horas. Los picos de las patatas estaban casi quemados, quizá no fue
buena idea hacerlas alargadas. Quitamos el aceite, vimos que sobraba al echar
algo del huevo batido que se hizo tortilla francesa flotando entre las patatas.
Que cuánto queda, el vino los iba alegrando y necesitaban alternarlo con
comida. Aplastábamos aquello con ánimo de que fuera un poco más comestible y
laxo, al menos blando que no doliera al tragarlo. La presentamos con un trapo
en el brazo, allí mandé a otro, que yo no me atrevía. Risas y apuestas a ver
quién era capaz de probar el manjar. El hambre hacía milagros, no pasó nada y
quizá los divertimos un rato. Podían asegurar que aquella fue la peor tortilla
que probaron en su vida, por eso todos cogieron un trozo.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-47193326329324529092020-01-27T03:58:00.000-08:002020-01-27T03:58:15.040-08:00COMIDAS CON RECUERDO VI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtFLWU-ZJkUgaN1NcdL-3DN8xv3VI210gy-i5Ehd-aACZRq-U8hAsuE9NBxwC86qhBYTWaduVWpaaEVsehu2PiGZNr9yOi20F36nznv46dVPGNTSsbaHfHr5dVdQh8iuqw1Wc8VihxvBY/s1600/pita.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtFLWU-ZJkUgaN1NcdL-3DN8xv3VI210gy-i5Ehd-aACZRq-U8hAsuE9NBxwC86qhBYTWaduVWpaaEVsehu2PiGZNr9yOi20F36nznv46dVPGNTSsbaHfHr5dVdQh8iuqw1Wc8VihxvBY/s320/pita.jpg" width="320" /></a></div>
<b>PITAS PARA DESAYUNAR</b><br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquellas estancias en Israel,
cerca de Haifa nos llevaban el fin de semana a Jerusalén. Rápidamente
abandonábamos la excavación, los cafés turcos llenos de posos de las cinco de
la mañana para correr hacia el último autobús del viernes, justo antes de que
las tres primeras estrellas del firmamento asomaran para anunciar el Sabat y el
descanso obligado. Serían las cinco de la tarde cuando esto sucedía. Dejábamos
también el “whasering pottery” para el lunes. Aquella tarea de lavar los trozos
diminutos de cerámica nos mantenía despiertos en las cortas tardes del verano
israelí.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Cuando llegábamos a Jerusalén
dos opciones de alojamiento nos venían a la mente, el hotel Protestante con su
estricto horario de entrada nocturna prematura o el hotel Jordano y sus
retóricas y absurdas discusiones con el propietario. Realmente era de Jordania
y parecías abandonar por un largo rato las comodidades casi occidentales por el
Oriente Medio en su más genuina representación. Era un lugar sucio, andrajoso.
Se negociaba y renegociaba continuamente con el jordano hasta conseguir
habitaciones donde alojarnos sin compartir con algún desconocido. Entrábamos
por fin en nuestro antro habitacional y descubríamos que faltaba algún
almohadón. Sin duda era una maniobra de nuestro anfitrión para volver a
nuestras demostraciones sobre la conveniencia de tener un almohadón ya que era
lo lógico. Por fin nos prestaba el suyo a regañadientes. Un día conseguimos
incluso dormir en su habitación dejándole a él la parte posterior al mostrador.
Tuvimos que contratar el servicio completo, con desayuno, para acceder al peor
sitio del hotel, algo parecido a un hueco bajo unas escaleras cuyo techo
descendía poco a poco hasta unirse al suelo. Era el mejor lugar de la casa para
guardar los cepillos, las fregonas y demás herramientas que seguramente había
ya vendido el dueño. La noche fue larga.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquella mañana nos levantamos
con más hambre de lo normal, quizá por el desvelo nocturno. Allí nos asomamos
por encima del mostrador para despertar a nuestro querido amigo. Seguro que
dormía mejor que en su habitación, al menos había más aire que llevarse a los
pulmones. En fin, allí estábamos de nuevo discutiendo y reclamando el desayuno
que habíamos pagado. No daba nada sin poner a prueba previamente nuestra
paciencia. Sacó unas pitas de una bolsa ya abierta. Las abrió con sus dedos y
comenzó a rellenarlas de ensalada que sacaba de debajo del mostrador. Cada vez
que veía sus movimientos lentos mi aguante psíquico disminuía a raudales. Nunca
me comería esa pita, yo lo sabía, quizá él también. Sacó un sobre amarillo y
metió dentro de él la pita rellena de verdura, sin carne. Me la ofreció con
desgana y como tanteando el precio de ese desayuno. llegó la hora de mi
venganza.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 71.2px; text-indent: -18pt;">
<span style="margin: 0px;">-<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span>Quiero huevo cocido en mi pita.</div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 71.2px; text-indent: -18pt;">
<span style="margin: 0px;">-<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span>No.</div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 47.2px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
De nuevo comenzaba un tira y
afloja que nadie podía entender. Aquello era entre él y yo. Decididamente no le
pagaría aquella maravillosa estancia sin mi huevo cocido. Voceaba mientras yo
negaba una y otra vez con mi cabeza. Todos estaban contra mí. Tenían unas ganas
terribles de coger su pita y tirarla en el primer cubo de basura que vieran. Yo
haría lo mismo, pero la mía iría con huevo cocido incluido. Estaba decidido. El
jordano seguía gritando mientras sacaba una especie de camping gas de debajo
del mostrador. Lo encendió y colocó en él un pequeño recipiente con agua y un
huevo. Lo tenía todo preparado, sólo necesitaba discutir un poco para sentirse
bien. Todos mirábamos el huevo mientras se preparaba.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 71.2px; text-indent: -18pt;">
<span style="margin: 0px;">-<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span>No me lo peles, ya lo haré yo.</div>
<br />
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquel día, el único que
desayunó un maravilloso huevo cocido fui yo. Además, para mí solo, nadie
me pidió. Sólo por la tarde, después de comer una pita en el mercado, me
hablaron de nuevo.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-83692104057912532762020-01-21T02:32:00.000-08:002020-01-21T02:32:28.144-08:00COMIDAS CON RECUERDO V<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhcRttp5uRqg0hT3v0sQm0DKuzQm5qQMZ5-1t_z3RnMTlf7IZaUkBS3Ui8wXkaWIs4Iz4Rwp7YCZy_Zm4JsCVAYS9acx-ZWVxHVrCY_FjbSfpy7IHW9D8MX1uDzMtfl_pnZZCG5LY178/s1600/images%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhcRttp5uRqg0hT3v0sQm0DKuzQm5qQMZ5-1t_z3RnMTlf7IZaUkBS3Ui8wXkaWIs4Iz4Rwp7YCZy_Zm4JsCVAYS9acx-ZWVxHVrCY_FjbSfpy7IHW9D8MX1uDzMtfl_pnZZCG5LY178/s1600/images%255B1%255D.jpg" /></a></div>
<b>LA PALMERA DE CHOCOLATE CON
ANESTESIA</b><br />
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Entre una hora de estudio y
otra acudíamos diariamente a una panadería, si teníamos dinero, lo cual lo
situaba casi semanalmente, a comprar algún tipo de bollería, a veces la cosa
era para tres, otra teníamos una para cada uno. Disfrutábamos de la merienda
despacio, paseando cual jubilados por un parque en el que nuestra edad solo era
vislumbrada por los demás transeúntes cuando se trataba de jóvenes con litrona
en un banco. Así hablábamos de profes, del cole, de ahí nos conocíamos y de
demás tonterías que debían ocupar la mente de casi niños que aún no pensaban en
niñas. Íbamos quizá un poco retrasados en cuanto a estos temas. Nuestra única
angustia existencial era algún examen o el recuento monetario comunitario para
estas meriendas.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Un día de aquellos, corría yo
apresurado por las calles, venía de abrir la boca en el dentista y con una de
mis partes faciales entumecida y dormida por la anestesia local. Superaba mi
paciencia y me agobiaba pensando en la posibilidad de comer o no una palmera de
chocolate. Teóricamente debía esperar unas dos horas antes de cenar, pero bien
me cuidaría yo de no morderme el lateral de la boca. Tenía un hambre mayor que
el de otros días. Me tapé la boca con la bufanda para ver si la anestesia
desaparecía antes. Allí iban mis compañeros de merienda, por la cuesta del
parque. Tenían ambos su bollo de chocolate y yo pronto disfrutaría de esas
láminas esponjosas que formaban la palmera. Les hice una seña cuando me vieron
y me dirigí a la panadería. Pararon para esperarme. Pronto me uní a ellos para
contarles lo cerdos que eran los dentistas y la plasta de anestesia. Tan
ocupados estábamos hablando de muelas que unos expertos como nosotros en
atracos callejeros, nuestro cole estaba en el corazón del Vallecas antiguo, no
vimos a los perfectos asaltantes que se dirigían a nuestro encuentro. Allí
venía el típico enano jefe de la pandilla gracias a la altura de su mala uva.
Nos pararon y ya la fuga era imposible. Comienzan las humillaciones y
vejaciones de siempre hasta comerse nuestras meriendas. Nos piden dinero y
apenas juntamos entre los tres cinco duros. Tienen que arrebatarnos algo más,
si no su orgullo se vería mermado. Un atraco de cinco duros no era para echar
cohetes. El enano miró mi bufanda y la deseó. Comenzó a tirar de ella para
deshacer el nudo. No podía, y quizá se sintió tan infeliz por desear una
bufanda marrón clarita tan normalita, que según me abalanzaba hacia él una y
otra vez ante sus tirones, me dio un puñetazo en la cara. Me quedé impasible.
Todos me miraban pensando en el dolor que debía tener. Se dieron cuenta de que
yo era más duro de lo que parecía. Ni una sola queja o grito salió de mi boca.
Así, abandonaron su empresa.</div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 71.2px; text-indent: -18pt;">
<span style="margin: 0px;">-<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span>¿No te duele, tío?</div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 0px 71.2px; text-indent: -18pt;">
<span style="margin: 0px;">-<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span>Qué va, si tengo anestesia.</div>
<br />
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
En mi casa, el dolor de la cara
mas el dolor porque me había mordido por dentro por culpa de la anestesia, me
llevó a la cama antes que otros días, una aspirina y un vaso de leche.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-35667524743599659572020-01-14T05:03:00.000-08:002020-01-14T05:03:12.347-08:00COMIDAS CON RECUERDO IV<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7N7mqpAEc6UQTCP0VvllhEzgp0Z26VvoSKNiFXLeQocSwdwAA4YK0Sg3qUPqQmaDC2Z_vi23ln08SBlTjFTWRppPFYwuzUe2j4TW1s1veSNBwklhHZo7wKi_vZrdA0xqw1juNqx4SIhM/s1600/receta-de-alinos-para-berberechos-de-lata-620x349%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0hCfmxXrr-ekGAL4KzE1ktNJFfRLuitt0aqcEY0MzsiI7urPU0FmErJ_icutg8qy_NH1WNXB5CZRce6WCxLQGDm4zofd-8hW2cBAyY4KEgkt-lTsz68XT33XvV1TFh4-LaPCde7koEZ0/s1600/receta-de-alinos-para-berberechos-de-lata-620x349%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="620" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0hCfmxXrr-ekGAL4KzE1ktNJFfRLuitt0aqcEY0MzsiI7urPU0FmErJ_icutg8qy_NH1WNXB5CZRce6WCxLQGDm4zofd-8hW2cBAyY4KEgkt-lTsz68XT33XvV1TFh4-LaPCde7koEZ0/s200/receta-de-alinos-para-berberechos-de-lata-620x349%255B1%255D.jpg" width="200" /></a></div>
<h1 style="margin: 0px; text-align: left; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: small;">LA LATA DE BERBERECHOS</span></h1>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: left;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px;">
<span style="margin: 0px;"> </span>Siempre
que abro una lata de berberechos recuerdo lo mismo. No puedo impedirlo y
tampoco es que lo desee pues son buenos momentos. Aquellos en que aún no se ha
aprendido a sufrir y los máximos desvaríos llegan ante nuestros primeros amores
platónicos e imposibles. Así la familia Caragafas viene al completo a mi memoria.
En su casa siempre había una lata de berberechos y una cerveza para el
visitante, más si conseguíamos a alguien nuevo en nuestra expedición. La lata
era derramada en un plato semihondo donde el caldo fluía libre y a punto de
desbordarse. Unos palillos lo acompañaban. Yo sólo conseguía pescar uno tras
varios intentos y nunca parecía que fueran a acabar. Se convertía así en la
tapa sempieterna que remataba el padre cuando llegaba la hora de marcharnos.
Era el privilegio de padre. Insertaba uno tras otro en el palillo hasta el
borde de su dedo ante mi mirada atenta. No sobraba ni uno y su dedo nunca se
manchaba. Todo estaba computado pues la familia en pleno era reconocida por su
fervor matemático y calculador.</div>
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Aquellos berberechos nos
absorbían, nos atraían hasta el punto de invitar a cualquiera que provocara la
aparición de la preciada lata. Montamos incluso una sesión de sofronización o
hipnotización, como según nuestro invitado se llamaba vulgarmente. Allí
estábamos intentando dejarnos llevar por el arrullo del sueño provocado y la
obnubilación de nuestra voluntad sin que los berberechos abandonaran nuestra
mente. No podíamos concentrarnos al oír bajo un silencio absoluto el chirrido
del palillo que resbalaba por el plato tras atravesar uno de aquellos manjares
arenosos. Se están acabando, se están acabando, sólo quedan los del padre.
Mientras, me hacían fingir que comía aceitunas de aire y tiraba los huesos a
otro hipnotizado que hacía de elefante. Golpeé la lámpara y aproveché para, ya
despierto, lanzarme a por un palillo e insertarlo desde mi posición elevada en
el plato casi vacío. Ni siquiera de pie conseguí más de una pieza. El padre
finalizó el ritual berberechil mientras negaba la existencia de cualquier
posibilidad matemática a esa pseudociencia hipnotizadora.</div>
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
La siguiente visita con lata de
berberechos me la gané a pulso y a costa de mi dolor. De un puñetazo me habían
provocado una pequeña fisura en el radio. El gran lógico-matemático no daba
crédito al accidente y fuimos más lejos consiguiendo a un profesor que fuera a
dar fe. Allí estábamos de nuevo comiendo berberechos mientras mi compañero de
clase fracturador se sometía a una intensa sesión de pulsos con el padre
Caragafas. Sólo paró para finiquitar los mismos siete berberechos que el día
hipnótico. Mi teoría comenzaba a ser cierta, en aquella casa todo estaba
contado. Cabían exactamente siete en un palillo sin mancharse el dedo gordo y
el índice que sujetaban apenas la punta del instrumento saetador. Aún, y para
despertarme de mi sueño septimal, tuvimos que asistir a una demostración
matemática de consistencia. Se trataba de comparar la dureza de mi hueso con la
de una pobre jamba que adornaba uno de los laterales de la puerta de la cocina.
La madera, obviamente, era menos resistente que mi radio y por lo tanto
soportaría un puñetazo del gigantesco padre, pesaba más de cien quilos, sin
romperse. Sería la demostración definitiva de que habíamos ido a comer
berberechos amparados en una gran mentira. La tabla crujió reventada, aplastada
a lo largo y ancho. Me despedí antes de que mi otro radio, aún en perfecto
estado, sufriera la segunda parte de la prueba. Mientras cogía el ascensor aún
porfiaba diciendo que aunque me diera un puñetazo con todas sus fuerzas mi
brazo izquierdo aún sano no se rompería.</div>
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
Nunca me han gustado los
berberechos, sobre todo cuando su arena cruje entre mis dientes dándome
dentera, sin embargo todavía tengo que abrir una lata e intentar coger siete
con un palillo sin pan que los empuje y con la mano en la espalda. Quizá nunca
lo consiga por culpa de la fisura en el radio que tuvo hace ya bastantes años.
Mi muñeca no volvió a ser la de antes del puñetazo.</div>
julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-51871452214983974932020-01-08T00:39:00.000-08:002020-01-08T00:39:26.590-08:00Comidas con recuerdo III<u><span style="color: #000120;"></span></u><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiSBgexsqY4d4QatudP0WApUan-9mPXJKnI0He2YO3kD2EGStwLSlCLRUP4Qlw8_Uo3QvZe1C2s3Wrp6_14uEuOEsq-Ts6wC0ODGU7ArTPGnv9J-XO24OUPRagQNY0DyPXSNZtaaeUkcI/s1600/Beneficios-de-la-Hierba-buena%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="900" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiSBgexsqY4d4QatudP0WApUan-9mPXJKnI0He2YO3kD2EGStwLSlCLRUP4Qlw8_Uo3QvZe1C2s3Wrp6_14uEuOEsq-Ts6wC0ODGU7ArTPGnv9J-XO24OUPRagQNY0DyPXSNZtaaeUkcI/s200/Beneficios-de-la-Hierba-buena%255B1%255D.jpg" width="200" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOh9S_HcFLxSR405hNYhNn0ah0SSIIXDnfrbtBY9bzz4KW3CwCNrC9X_STyVFmD_GrWKwCjNBN367jLVY1a9nUqq5YQAH831_sn1aoTRiO-LEeANIsYq-CAcD6vLSVN3cDdE_GFlcM1gg/s1600/Beneficios-de-la-Hierba-buena%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a><br />
<h1 style="margin: 0px; text-indent: 35.4pt;">
<br /></h1>
<br />
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<b>El COCIDO CON HIERBABUENA</b></div>
<b></b><br />
<div style="margin: 0px;">
<span style="margin: 0px;"> </span>Aquellas
temporadas con mis abuelos, veranos largos como ya no hubo, el olor de la
hierbabuena los acompañaba. Cocido dos o tres veces por semana, con aquel menú
sin perjuicios culinarios donde aún se consumían estivalmente los últimos
retazos de la matanza. Toda la mañana al fuego lento de la cocina de gas,
aquellos garbanzos recogidos, trillados y limpiados, menudos y sabrosos. La
hierbabuena flotaba sobre el caldo burbujeante. Se recogía del Huertecillo,
temprano. Cuando aún algunas mínimas gotas de agua del riego vespertino del día
anterior mantenían su frescura.</div>
<div style="margin: 0px;">
Comenzaba con el rin-ran de tomate
natural, cortado en trozos minúsculos con aceite y vinagre, una salsa para
untar el pan. Después los garbanzos, directamente, sin perder el tiempo en
sopas calientes con un sol certero entrando por la ventana. Conectábamos un
ventilador ruidoso que estaba al fondo de la cocina, sobre el viejo trinchero.
Tras el plato fuerte, el bocadillo de morcilla, luego pan con chorizo y para
acabar el tocino. Una mandarina por fin. Lo peor, al final. Mañana no podríamos
comer cocido de nuevo. Al menos habría que esperar otro día. Ese día solíamos
dormir siesta, sin forzarnos. El abuelo colocaba en mitad del patio una silla
pequeña de nea, bocabajo, sirviendo el respaldo de duro almohadón. Con las
piernas cruzadas, como casi siempre, dormía en el suelo mientras las moscas
picaban sus duras manos. La gorra tapaba la cara de estos furiosos ataques.
Roncaba mientras yo me iba en busca de un butacón para hacer el mismo trabajo,
sin prisas, pero con el espesor mental de una dura digestión. </div>
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px;">
Después iría a la piscina tras las dos horas reglamentarias para poderme
bañar y con mi bocadillo de salchichas en la barra de Viena. Aún recuerdo los
ataques de las hormigas que arrasaron con algo del relleno en perfecta
procesión y teniendo como punto de partida nuestro lugar preferido para la
merienda, la sombra del sauce llorón. Nuca se nos ocurrió liberarnos de la
plaga colgando los bocadillos, quizá pensábamos que estábamos por encima de
esos animales en la escala de la evolución. No podíamos rendirnos utilizando
sin más nuestra inteligencia superior.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-20998161282008166362019-12-19T01:31:00.000-08:002019-12-19T01:42:33.265-08:00COMIDAS CON RECUERDO II<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5DbHNbcJ_s9veDaHC7AGegY68jTLIzwcc7YBUSbqz_XdcEF8jJCu2_LNgBfYHlqhtyGEfFmld6Kg6Fs6W5rW660jTKOVvjBuDLcsPz0Hns0WysAsEUXwkhYvOc9bhEO3_a28DoF5R9aE/s1600/soporte-inox-aceite-vinagre-4-cavidades%255B1%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="398" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5DbHNbcJ_s9veDaHC7AGegY68jTLIzwcc7YBUSbqz_XdcEF8jJCu2_LNgBfYHlqhtyGEfFmld6Kg6Fs6W5rW660jTKOVvjBuDLcsPz0Hns0WysAsEUXwkhYvOc9bhEO3_a28DoF5R9aE/s200/soporte-inox-aceite-vinagre-4-cavidades%255B1%255D.jpg" width="186" /></a></div>
<h1 style="margin: 0px; text-align: left; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: small;">ACEITE, VINAGRE Y SAL EN EL TARRO</span></h1>
<br />
<h2 style="margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="margin: 0px;"><span style="font-size: small;"> </span></span></h2>
<br />
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
Quizá las mejores evocaciones sean
aquellas que nada significan o cuentan, hechos intrascendentes que no tienen
valor si no es para los protagonistas y en distinta medida. Aquellos viajes en
carro de madera trotón y a veces doloroso tirado por dos mulas. A la vuelta,
las calabazas también votando como nosotros sobre ellas y aquella rana que
escondimos al final del verano, única superviviente de un charco agotado, en el
fondo del carro. No pasó la prueba de sobrevivir bajo el peso de la carga. </div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-weight: normal; margin: 0px;"><span style="font-size: small;"> Esos viajes eran
a la Argamasa, tierra de mi abuelo con arroyo, llano y mínimos cerros de
encinas. Del arroyo sólo recuerdo las piedras y los charcos que desecábamos
para conseguir un cubo de ranas. Del llano, las calabazas grandes, redondas y
blancas; las sandías que sonaban ya maduras como los golpes en la garganta; los
melones de esos amarillos olorosos y los cardos borriqueros con flores
purpúreas en cabezuelas terminales. También había un pozo rodeado de juncos
como único oasis verde del amarillo agosto.</span></span></div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-weight: normal; margin: 0px;"></span><span style="margin: 0px;"> </span>Mi hermano y yo jugábamos, corríamos
detrás de las perdices, cargábamos alguna calabaza de menor peso, o melón o
sandía. Seguíamos a las ranas y a algún pobre pato salvaje medio extinto.
Comíamos alguna zarzamora. Metíamos palos en las conejeras y esperábamos sin prisas
la hora de comer bajo una de las encinas del llano. Sus ramas eran tupidas y
salvaban de las peores horas del día cuando el sol reclamaba como nunca su
poder perdido en los días de invierno. Hacíamos recuento de bichos conseguidos
y observábamos el tarro misterioso que sobresalía siempre del mochilón de campo
donde se amontonaba la comida. Aquel recipiente mágico con dos líquidos de
distintos colores separados por sí mismos, uno flotaba sobre el otro. Lo
agitábamos y volvía a su posición cada una de las gotas revueltas por nuestro
movimiento. El proceso no tardaba en volver las cosas a su sitio. Además
podíamos hacerlo una y otra vez sin que ninguna de las gotas se cansase de
subir o bajar. Sabían perfectamente cuál era su lugar. Sólo la magia desaparecía
cuando el abuelo, una vez cortados los pepinos, tomates y lechuga, derramaba el
caldo sobre la sopera. Quedaba algún reducto aislado, flotando separadamente.
El aceite y el vinagre se hermanaban a duras penas. Añadíamos después las
patatas fritas, uno de los condimentos propios y raros del gazpacho de aquella
zona. Esperábamos el nuevo viaje para ver otra vez el tarro mágico. Mientras,
hacíamos tiempo persiguiendo a las hormigas grandes, casi gigantes y de color
rojo que escalaban por la encina o descendían. No eran negras y de líneas
suaves como las de la era.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-89007474026031431932019-12-13T01:10:00.001-08:002019-12-13T01:10:27.842-08:00Comidas con recuerdo I<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv547psNlOJPVel-x5Ai4AOFe3QeKd-wsEb1w7FIxJ9k8bsyNZL8fNHlW1GRV3okM6DXN7NOedwfvgQ1-iGSVCyk_e6lWXG8sjJ_k0QLq5iMzKplh1cYIqTF4RWUDtrnxgm5hfdFPD3u8/s1600/DSCN0319%255B1%255D.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="400" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv547psNlOJPVel-x5Ai4AOFe3QeKd-wsEb1w7FIxJ9k8bsyNZL8fNHlW1GRV3okM6DXN7NOedwfvgQ1-iGSVCyk_e6lWXG8sjJ_k0QLq5iMzKplh1cYIqTF4RWUDtrnxgm5hfdFPD3u8/s320/DSCN0319%255B1%255D.JPG" width="320" /></a></div>
Voy a poner una selección de algunos relatos que escribí hace un tiempo. al hilo de una comida aparece un recuerdo personal, a veces con tinte divertido, otras nostálgico. Os dejo el primero.<br />
<br />
<br />
<h3 style="margin: 0px; text-align: center;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 200%; margin: 0px;">LAS CIRUELAS VERDES</span></h3>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-weight: normal; margin: 0px;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: small;">El día de todos los Santos salíamos de Calbote, quizá fuera una
costumbre ancestral o de pocos años ha, sin embargo, se olvidaba su origen en
nuestro escaso tiempo de edad y muy seguramente se trataba de una práctica
anterior a nuestro nacimiento. Todos los años queríamos y teníamos como
objetivo alcanzar los Riscos Altos, sierra de Altamira para los mapas. Llevaba
al menos una jornada subir y bajar, eso sí, si no olvidábamos nuestra meta por
el camino y comenzábamos a jugar de forma irregular al principio y constante y
en un lugar fijo al final. Algunas veces no pasábamos del depósito de agua
donde aún flotaban las olivas y no se atisbaba ni media cuesta o algún castaño
o nogal que justificase la subida a la sierra. Era la otra finalidad de la
excursión, coger frutos secos.</span></span></div>
<div style="margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-weight: normal; margin: 0px;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-weight: normal; margin: 0px;"></span><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"> </span><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">Un año, todos estábamos
seguros de que ya éramos lo suficientemente mayores y maduros para no sucumbir
en el camino ante los encantos de cualquier entretenimiento. No era el día de
los Santos, sino verano, principio o final, no recuerdo, sólo sé que las
ciruelas aún estaban verdes. Superamos el depósito de agua, blanco calafeteado,
a unos quinientos metros del pueblo, los olivares, llegamos a los primeros
pinos, la primera huerta. Alguien dijo que merecíamos un descanso y tuvimos que
votar. Algunos dudaban de que aquella parada fuera momentánea. Nos convenció un
ciruelo. Sus frutos aún verdes parecían irresistibles ante el paso apresurado
de la media mañana. Algunos trepamos y recogimos lo que nunca pensábamos que
fuera de otra persona sino de aquella que lo recolectara, es decir, nosotros.
Comimos y comimos, diez, algunos doce o trece. Era la hora de partir y así lo
hicimos. Poco tiempo pasó y la sed nos devoraba. Sólo uno de nosotros, siempre
el mismo, el más precavido llevaba su cantimplora de hojalata repleta de agua.
Hubo algunos intentos de que la compartiera, pero era realmente precavido y no
sería suficiente para nosotros y él. Siempre acabábamos resolviendo la
situación con maniobras de entretenimiento y acción por detrás. La cantimplora
no duró ni para los que se dedicaron a entretenerlo. Allí nos la bebimos los
que actuamos. Si hubiera compartido a lo mejor hubiera podido beber un trago.
Fue el primero en abandonar la misión de escalada a los Riscos altos. Sin agua
él no seguía, además, estaba ligeramente mosqueado. Le vimos desaparecer cuesta
abajo en la primera curva del camino.</span></div>
<div style="margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"> </span><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">Ahora ya lo sabemos, pero en aquella época no. Sin duda, gracias a la
experiencia, no se nos olvidará. No es conveniente beber agua tras una gran
ingesta de ciruelas verdes. Todo se licua en el estómago y las paradas se hacen
cada dos o tres minutos para desaguar. Nuestro destino, una vez más, era
inalcanzable. Sólo los que no bebieron agua se encontraban mejor, algo mejor
solamente, pues tenían bastante sed. Parecía que no podía suceder nada más pero
no era cierto. Apareció un señor que no estaba muy conforme con que uno de
nosotros desaguara cerca de él lo que había sido suyo y debía madurar aún en su
huerta. Blandía la garrota y la hacía girar sobre su cabeza. Fue la segunda
baja del día pues todos salimos corriendo como si necesitáramos descargar en
lugar seguro, es decir, nuestra casa, lo que habíamos sustraído. Tardamos muy
poco en llegar al pueblo, y eso que parecía que estábamos por fin muy cerca de
nuestro destino final. Algún día lo conseguiremos.</span></div>
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<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace;"></span><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"></span><br />julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-8295797225663808342019-06-13T00:45:00.000-07:002019-06-13T00:45:17.313-07:00Sobre el futuro de las editorilaes, libros, autores (I)<div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzqUvPGNoj9fIsiMWku8YqOFfoaKBNc-tiIaonY57AIYTwZTOdUT4PuNRYbpdxQXw3mxTf_k-Sap6InURh4ivFkPwonHc3XJu6dWcA_1w2ztd_KpIcyVNmSKbO55frJZNIV_m_XTzdEDg/s1600/cjiste+biblioteca.gif" imageanchor="1" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; clear: left; color: #0066cc; float: left; font-family: Times New Roman; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; orphans: 2; text-align: center; text-decoration: underline; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><img border="0" data-original-height="404" data-original-width="349" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzqUvPGNoj9fIsiMWku8YqOFfoaKBNc-tiIaonY57AIYTwZTOdUT4PuNRYbpdxQXw3mxTf_k-Sap6InURh4ivFkPwonHc3XJu6dWcA_1w2ztd_KpIcyVNmSKbO55frJZNIV_m_XTzdEDg/s320/cjiste+biblioteca.gif" width="276" /></a>Llevo tiempo pensando en escribir esta reflexión, pero me atormenta que no profundice demasiado en lo que se nos avecina. además, puede que esté un poco manchada de pesimismo. Intentaré que no y ver a la vez lo bueno que se avecina.</div>
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En primer lugar deberíamos analizar el <b>formato del libro.</b> Tenemos el papel y todas las posibilidades digitales. Estas han abaratado el precio del libro, lo cual está muy bien, pero deja en mal lugar a economía de <b>la editorial</b> y más aún la del <b>autor</b>. La firma de contratos mantiene las mismas regalías tanto para digital como en papel, en torno al 10 % del precio sin IVA. Un euro por cada 11, más o menos. Si el libro es digital, pongamos que el autor gana 50 céntimos frente al euro en papel. La editorial, por su parte, ahorra en papel al vender en digital y quizás salga ganando, no lo sé, pues evita intermediarios, vende en su página web. Apenas hay trabajo editorial en el formato digital. Los <b>editores</b> quedan desplazados.</div>
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¿Y<b> los ilustradores</b>? Pues más alejados todavía.</div>
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En cuanto a <b>las librerías</b>, dejan de tener clientes en sus locales, pues si se acostumbran a leer en digital, compran desde casa. Puede que a ellas mismas o a la editorial directamente. </div>
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Creo que esta es la situación a grandes rasgos. El que gana es el lector compulsivo que tiene todo a su alcance, si se ha acostumbrado al formato digital. Además, aquel que tiene poca educación se dedica a la piratería, que maltrata aún más al autor, a la editorial y a la librería. Como ya sabéis, sería piratería de libros actuales, los anteriores ya han perdido los derechos de autor y están al alcance de todos sin pagar nada.</div>
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julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-84583687572861761882019-06-05T04:33:00.000-07:002019-06-05T04:33:13.687-07:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2Y5zwnvydJMgoZfOtiKRvfJXY1RilKgFVmU6jKuNhX3m2UgEcL9pZleQRWLAhW6ZjevIvjscl7iEWKkgImjdRbKbbLjwX20CI0QmmmNIroO4qDKrsycqpWOaW7O9m2HFescwSpPvCdkA/s1600/feria+del+libro+2010" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="663" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2Y5zwnvydJMgoZfOtiKRvfJXY1RilKgFVmU6jKuNhX3m2UgEcL9pZleQRWLAhW6ZjevIvjscl7iEWKkgImjdRbKbbLjwX20CI0QmmmNIroO4qDKrsycqpWOaW7O9m2HFescwSpPvCdkA/s320/feria+del+libro+2010" width="265" /></a>Pasé un buen sábado por la tarde en la Feria del Libro de Madrid, firmando algunos libros. Fue agradable conversar con los editores de la caseta. También con otro escritor que compartía espacio conmigo y presentaba su segundo libro. Un espacio menor del que disponíamos, pues han quitado un metro a cada caseta. Coincidimos con la final de la Champions y no vimos a ningún hooligans. ¿Nos quitó eso público? <br />
Sí había cerca algunos "escritores" que firmaban "libros". Grandes conocidos y famosos youtubers que copan los mejores registros de ventas cada año. Los otros escritores, conocidos por los que nos dedicamos a esto, no tenían tanta afluencia. Si podéis, echad un vistazo a la lista de firmas de ese día. Os daréis cuenta rápidamente de quiénes son unos y quiénes son otros. Yo no me incluyo en ningún grupo, porque ni soy muy conocido en el mundo literario, ni soy famoso en el de la farándula y el espectáculo.<br />
La Feria debe ser el único lugar donde se unen estos dos mundos tan diferentes aprovechando las numerosas acepciones de la palabra feria que recoge el diccionario de la RAE. Reproduzco algunas.<br />
<br />
<span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">1.</b></span> <span class="d" style="color: blue;" title="nombre femenino">f.</span><span class="b" style="color: black;"> Mercado de mayor importancia que el común, en paraje público y días señalados.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"></span><span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">2.</b></span><span class="g" style="color: #b3b3b3;"> <span class="g" style="color: #b3b3b3;" title="nombre femenino">f.</span></span><span class="b" style="color: black;"> Fiestas que se celebran con tal ocasión.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"></span><span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">3.</b></span><span class="g" style="color: #b3b3b3;"> <span class="g" style="color: #b3b3b3;" title="nombre femenino">f.</span></span><span class="b" style="color: black;"> Paraje público en que están expuestos los animales, géneros o cosas para su venta.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"><span class="h" style="color: purple;"></span></span><span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">4.</b></span><span class="g" style="color: #b3b3b3;"> <span class="g" style="color: #b3b3b3;" title="nombre femenino">f.</span></span><span class="b" style="color: black;"> Concurrencia de gente en un mercado de esta clase.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"></span><span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">5.</b></span><span class="g" style="color: #b3b3b3;"> <span class="g" style="color: #b3b3b3;" title="nombre femenino">f.</span></span><span class="b" style="color: black;"> Conjunto de instalaciones recreativas, como carruseles, circos, casetas de tiro al blanco, <span class="d" style="color: blue;" title="etcétera">etc.</span>, y de puestos de venta de dulces y de chucherías, que, con ocasión de determinadas fiestas, se montan en las poblaciones.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"></span><span class="d" style="color: blue;"><b style="color: blue;">6.</b></span><span class="g" style="color: #b3b3b3;"> <span class="g" style="color: #b3b3b3;" title="nombre femenino">f.</span></span><span class="b" style="color: black;"> Instalación donde se exponen los productos de un solo ramo industrial o comercial, como libros, muebles, juguetes, <span class="d" style="color: blue;" title="etcétera">etc.</span>, para su promoción y venta.</span><br />
<span class="b" style="color: black;"><br /></span>
<span class="b" style="color: black;">Cada uno que elija la acepción más parecida a lo que se puede encontrar.</span><br />
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-3320941368570058282019-05-31T00:54:00.002-07:002019-06-03T00:12:37.250-07:00CARTEL DE LA FIRMA DE LA FERIA DEL LIBRO<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO-JUOfmEI3hUKwfmIyOK4AVQy7Zzu-qysBBC5NklFDZgdnSe9e5I-0PC3cv3CY9efGwi1KbvzU_6buTmr6ztS6gES0Ydriwx0TunHvCKaPXIcO7IA43ZcYpxLPgH1PF19KHRTPN4pMDE/s1600/FIRMA+feria+Madrid+-+copia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1132" data-original-width="1600" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO-JUOfmEI3hUKwfmIyOK4AVQy7Zzu-qysBBC5NklFDZgdnSe9e5I-0PC3cv3CY9efGwi1KbvzU_6buTmr6ztS6gES0Ydriwx0TunHvCKaPXIcO7IA43ZcYpxLPgH1PF19KHRTPN4pMDE/s400/FIRMA+feria+Madrid+-+copia.jpg" width="400" /></a></div>
<br />julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-51486677139978143062019-05-22T00:15:00.003-07:002019-05-22T04:39:57.401-07:00Firma en la Feria del libro de Madrid<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFN9Mi_zXqiCAWBFRELLWVs0Rla9PD8Bj8tePPRnCmNVSSqQAuChXciCu_jk4HchRK92fwFI7uuKunmMGKJhiBKlCK2VLXWXcUU3PHjuRoEijmi6J3oFzirvYWzPT2wzl2nyIimCF6oWw/s1600/la+cueva+de+los+doblones.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="150" data-original-width="108" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFN9Mi_zXqiCAWBFRELLWVs0Rla9PD8Bj8tePPRnCmNVSSqQAuChXciCu_jk4HchRK92fwFI7uuKunmMGKJhiBKlCK2VLXWXcUU3PHjuRoEijmi6J3oFzirvYWzPT2wzl2nyIimCF6oWw/s200/la+cueva+de+los+doblones.jpg" width="143" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvPJzMbRTV_S8iQAKwiCGAhFvYw_5pM4svVlPx5tZAKeI7uh-sHHeom9q-Yr31EU3iusBen_CmtlRx7mSYbdqKTXCJBJ-uPgkO2c2jpWFiPew2444fC7A7NwAkFYsJvh7CXOpRfkPbZUg/s1600/quien+vigila.jpg" imageanchor="1" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; clear: right; color: #0066cc; float: right; font-family: Times New Roman; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 15px; margin-left: 15px; margin-right: 0px; orphans: 2; text-align: center; text-decoration: underline; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="187" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvPJzMbRTV_S8iQAKwiCGAhFvYw_5pM4svVlPx5tZAKeI7uh-sHHeom9q-Yr31EU3iusBen_CmtlRx7mSYbdqKTXCJBJ-uPgkO2c2jpWFiPew2444fC7A7NwAkFYsJvh7CXOpRfkPbZUg/s200/quien+vigila.jpg" style="cursor: move;" width="139" /></a>Sí, vuelvo a la Feria a firmar. <br />
<br />
Esta vez de la mano de la editorial Brief. Allí podrás llevarte firmados por mí ejemplares de <a href="https://novelainfantilyjuvenil.blogspot.com/2015/01/os-dejo-un-presentacion-que-he-hecho.html" target="_blank">La cueva de los Doblones </a>o de <a href="https://novelainfantilyjuvenil.blogspot.com/2013/10/critica-de-quien-vigila-tus-suenos.html" target="_blank">Quien vigila tus sueños</a>. Me hace ilusión este regreso después de un par de años. <br />
<br />
Será en la caseta 157 de <span style="color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "lato" , "helvetica" , "arial" , "verdana" , sans-serif; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span style="background-color: white;">ASSOCIACIÓ D'EDITORS DEL PAÍS VALENCIÁ. </span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #004000; font-family: "helvetica";"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #004000; font-family: "helvetica";">Día 1 de junio de 6;.00 a 8:00</span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvPJzMbRTV_S8iQAKwiCGAhFvYw_5pM4svVlPx5tZAKeI7uh-sHHeom9q-Yr31EU3iusBen_CmtlRx7mSYbdqKTXCJBJ-uPgkO2c2jpWFiPew2444fC7A7NwAkFYsJvh7CXOpRfkPbZUg/s1600/quien+vigila.jpg" imageanchor="1" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; clear: left; color: #0066cc; float: left; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; orphans: 2; text-align: center; text-decoration: underline; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"></a><span style="color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "lato" , "helvetica" , "arial" , "verdana" , sans-serif; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "lato" , "helvetica" , "arial" , "verdana" , sans-serif; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span style="background-color: white;">Te espero.</span></span>julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1565382559376948003.post-9859672968864294962016-12-22T00:31:00.003-08:002016-12-22T00:31:57.906-08:00FELIZ NAVIDAD. Un Belén muy vivo.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGZKR02mVPsMNTY2jyPWcazGe8sakrwQJzNgAb4B5dN9PCqIoA6XrbZhyphenhyphencipDaoNglslzShYcuhbhUF44rd9O9BfrmdhI61CmmKWJhdtqiIDzSRHUQ6taXk0kV9pXv1Tym509hlakRybg/s1600/un+bel%25C3%25A9n+muy+vivo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGZKR02mVPsMNTY2jyPWcazGe8sakrwQJzNgAb4B5dN9PCqIoA6XrbZhyphenhyphencipDaoNglslzShYcuhbhUF44rd9O9BfrmdhI61CmmKWJhdtqiIDzSRHUQ6taXk0kV9pXv1Tym509hlakRybg/s320/un+bel%25C3%25A9n+muy+vivo.jpg" width="210" /></a></div>
<br />
No voy a fallar y un año más os deseo una feliz Navidad con la portada de <a href="https://www.amazon.es/s/?ie=UTF8&keywords=un+belen+muy+vivo&tag=hydes-21&index=aps&hvadid=49803017249&hvpos=1t1&hvnetw=g&hvrand=196558944822174218&hvpone=&hvptwo=&hvqmt=e&hvdev=c&hvdvcmdl=&hvlocint=&hvlocphy=9061045&hvtargid=kwd-201574829849&ref=pd_sl_4787kw4bff_e" target="_blank">Un Belén muy vivo</a>. La verdad es que es uno de mis libros favoritos, pues aparecen personajes muy reales y queridos para mí.<br />
<br />
Con ellos os deseo una FELIZ NAVIDAD. <br />
<br />
Que no dejemos de soñar.julio cesar romanohttp://www.blogger.com/profile/07642558426970841632noreply@blogger.com0