
Toda la acción se desarrolla en un centro de altos estudios denominado Lux Homini. Allí sólo acogen a estudiantes superdotados en alguna disciplina científica o artística. Así pues, las clases están diseñadas para jóvenes matemáticos, compositores, pintores, poetas de gran talento. Desde el recinto del internado, se divisan los Picos de Europa y Peña Sagra. De las montañas cercanas se desprende una incensante y misteriosa niebla que pareciera tener inteligencia propia y quisiera estar presente en cuanto ocurre dentro de la institución. Y es que son muchos los hechos extraños que se suceden en Lux Homini. De ellos serán testigos los personajes que, sin ser estudiantes del centro, pasan por allí. Entre ellos, están los informáticos Rafa y Alfredo, la nueva administrativa Montse, el capitán de la Guardia Civil. Incluso algún profesor honrado, como Carlos Amador, reconocerá que no todo lo que ocurre es propio de un centro educativo.
Los estudiantes son sometidos a pruebas extrañas que pretenden, según los investigadores que las llevan a cabo, sacar lo mejor de los cerebros. El objetivo es quitar la niebla que envuelve la mente y la entorpece. Así pues, la niebla adquiere un simbolismo evidente: la bruma externa procedente de las cumbres de las montañas y la interna que ha de ser tratada para mejorar el rendimiento de los alumnos.
En el intento por descubrir qué clase de experimentos se efectúan realmente, el número de valientes va disminuyendo. Rafa y Montse quedarán solos ante el enorme peligro que supone una secta sin escrúpulos, dispuesta a cualquier cosa por manipular a los jóvenes que estudian en Lux Homini.
Pero, ya sabemos, las mayores amenazas no proceden del exterior. Y la niebla desea envolverlo todo.
Del estilo literario son de destacar el dinamismo de la narración, el lirismo que impregna algunas descripciones, la fluidez de los diálogos y la correspondencia que se produce entre las hablas de los distintos personajes y sus oficios o personalidades. En este sentido, las disquisiciones psicológicas y filosóficas de los científicos resultan muy creíbles. Tan irreprochables como sugerentes nos suenan las revelaciones que la directora de Lux Homini hace, por ejemplo, sobre la técnica de Imagen de Resonancia Magnética Funcional. Lo mismo ocurre cuando se precisan tecnicismos tecnológicos para describir, por ejemplo, los ataques informáticos que Rafa ha de realizar como hacker valiéndose de los mecanismos que efectúan programas como el Access Diver.
Y de la eficaz presencia de la lirica, impuesta por el hecho de que hay alumnos que son poetas y también porque los poemas evocan el poder de la niebla, dejamos aquí un botón de muestra:
Soy el fruto de cuanto ellos
me hicieron.
Ellos. Casi la absoluta
identidad.
Añádele un susurro de
vosotros.
Más un sueño de nosotros.
Y un recuerdo de ti.
¿De mí? Nada.
La niebla.
2 comentarios:
Buena reseña, Julio.
La novela, por lo que se cuenta de ella, también muy interesante.
Gracias por recomendarla.
De nada, es muy interesante. Merece la pena.
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