El móvil apagado
Tras dos días, Marta decidió encender su móvil de nuevo. Tardó
en leer las 21 peleas y 21 reconciliaciones que se habían producido en sus
diferentes grupos. No se había perdido nada, todo seguía igual. Empate.
El otro abuelo
Cuando miraron la
fecha de caducidad, se alegraron. Había caducado hacía diez años y seguía bien.
Más arrugado y algo amarillo, pero bien. Después, se preocuparon. Al abuelo
sustituto biónico debería quedarle ya poco para morir.
Qué mala es la envidia
Al planeta Envidia llegó un hada. Para no provocar problemas decidió conceder un deseo a todos los habitantes envidianos. Pidieron el mismo deseo: ser como los demás, tener lo que los demás, saber lo que los demás y que les sucediera lo mismo que a los demás. Todo funcionaba como un reloj hasta que murió el primer envidiano.
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