domingo, 22 de abril de 2012

El auténtico Grial. Texto de la presentación de 2007

Estaba buscando un archivo y me he encontrado con el texto que escribió Miguel Luis para la presentación de mi segunda novela El auténtico Grial. Año 2007. Ed. Palabra. Como dentro de poco iré, si puede ser, al IES Hernán Pérez del Pulgar de Ciudad Real, allí se han leído la novela, os dejo las palabras amables de Miguel Luis.

PRESENTACIÓN NOVELA EL AUTÉNTICO GRIAL año 2007

Supone para mí una gran alegría presentar la segunda novela de Julio César Romano, El auténtico Grial, publicada por la editorial Palabra en su colección juvenil La mochila de Astor. Se trata de una alegría doble: en primer lugar, por realizarla aquí, en el salón de actos de Tajamar, donde por Navidad se entregan los premios del concurso de cuentos del colegio. En segundo lugar,   porque la lectura del libro me ha ayudado a profundizar mi amistad con  mi compañero Julio César, al que admiro por su fuerza de voluntad  por mantener viva la llama de la escritura.

Escribir la segunda novela no es una tarea fácil. Más cuando del primer libro de Julio César (El pozo de los mil truenos, publicado por la misma editorial) se han vendido más de mil ejemplares por toda España. Se suele hablar del miedo del escritor ante la nueva obra, del bloqueo del escritor ante el reto que supone. No es este el caso del autor. Con su segunda obra, Julio César demuestra que camina a convertirse en un escritor profesional de literatura juvenil, uno de esos que las editoriales deben mimar y cuidar como un tesoro escondido.

Por el título de la novela, El auténtico Grial,  podíamos pensar que se trata de una novela de revelación o esotérica, tan del gusto de la narrativa de consumo actual. La novela de Julio César, sin embargo, se encuentra muy alejada de este tipo de literatura. La obra se encuentra mucho más cercana al género épico o de fantasía, aunque su base estructural sea dos narraciones medievales: la primera, la leyenda del Santo Grial y los caballeros de la corte del mítico rey Arturo; la segunda, un relato vinculado con el camino de Santiago y el monasterio de san Juan de la Peña.

En verdad, la obra es una novela de aventuras, donde el héroe debe forjar su personalidad a través de una serie de pruebas y persecuciones, llevadas a cabo por los caballeros grises, los enemigos del Grial.

 La estructura de la obra es sólida, combinándose con maestría las escenas de acción trepidante con los momentos de descanso o anticlímax. Esto permite al autor introducir pequeñas historias intercaladas, sobre todo leyendas de peregrinos del camino de Santiago, que enriquecen el trasfondo cultural de la novela.  Sin embargo, en ningún momento se olvida Julio César de la trama principal, del recorrido inverso que los protagonistas deben realizar desde la aldea gallega de Yago, el protagonista del libro,  hasta el monasterio de San Juan de la Peña. La calma en la novela suele durar muy poco tiempo. La defensa del Grial no encaja con una vida tranquila y sin sacrificios. Los personajes constantemente deben huir, poner a salvo su preciado tesoro, olvidarse de sí mismos.

 A la vez que avanza la historia principal, poco a poco se van desarrollando distintas subtramas entre los personajes. Cabe destacar la especial relación de amor entre Yago y Selene (que gustará, sin duda, a los lectores y lectoras juveniles) o la que mantiene el padre Anxo, como figura de mentor, con los dos muchachos. Sin embargo, lo que caracteriza sobre todo a los personajes de la obra es su incesante deseo de aventuras, de salir del reducido pueblo donde viven, de ir más lejos, de conocer lo desconocido, de librarse de la vida sin alicientes…En un palabra, de ser fieles defensores del Grial, de mantener vivo el espíritu caballeresco.

A lo largo de la novela, aparecen dos griales, el verdadero y el falso, y dos usos distintos del mismo talismán. Los protagonistas apenas tienen tiempo de pensar en el objeto mágico. Sólo lo defienden, lo resguardan, lo alejan de los caballeros grises que se lo quieren arrebatar. Únicamente cuando el Grial se encuentre a salvo los cuatro protagonistas podrán descansar y regresar a su apacible aldea gallega. Sólo entonces podrán pensar en sus vidas y algunas ponerlas en común. 

 Asimismo, casi toda la novela transcurre en un lugar legendario, como es el Camino de Santiago. La mayoría de los capítulos de la parte central coincide con una etapa del mismo. En ese recorrido nos encontraremos, según la lectura vaya avanzando, con la catedral de Santiago, con el castillo de los templarios de Ponferrada y con otros monumentos de interés. Todos los escenarios son fácilmente reconocibles, pero en la obra, además, se cargan de un valor simbólico, que los enriquece.

En cuanto al tiempo narrativo, este fluye sin interrupciones notables, sin apenas digresiones. El lector disfruta con las acciones constantes, con el ritmo vivaz que domina la obra. El  estilo, por tanto, también es directo. La historia predomina sobre la forma. Julio César no pretende deslumbrar con las palabras, no quiere engañar a nadie utilizando alambicadas figuras literarias. Sin embargo, su novela alumbra en cada página: habla de la luz y dará luz abundante, sobre todo a los futuros lectores jóvenes que la lean.

Eso es posible porque en su novela abundan los valores humanos: la amistad, el amor, el sacrificio, la lealtad, el heroísmo... En la narrativa de Julio César los valores no son ideas abstractas, añadidas de forma artificial a la trama narrativa. Todo lo contrario. Los valores se encuentran encarnados en los personajes. Los valores son lo que les mueve, lo que les dirige al éxito de la misión. Todos los valores conducen a los personajes al desprendimiento, a estar al servicio del Grial.  La novela, por tanto, no trata de valores, sino que se los hace sentir al lector. No es una obra moralista, sino con moral.

La narrativa de Julio César tiene personalidad y, novela a novela, va enriqueciéndose, haciéndose más compleja, ofreciendo libros de mayor calidad literaria. Su última entrega  consigue lo máximo que un lector puede pedir a una obra de ficción: le ofrece la posibilidad de un cambio, de salir de su pequeño mundo, como con valentía hace Yago, el protagonista de  la obra.

 En conclusión, la historia que hoy presentamos emociona, entretiene, conmueve e invita a todos a que tengamos una mirada más amplia. La novela de Julio César nos empuja  a una vida menos tranquila para defender lo más auténtico. En la obra se utiliza un símbolo para referirse a esta idea: el Santo Grial.

 Por último, quería dar las gracias a Julio César por permitirme presentar su segunda novela. Como muchos de sus fieles lectores, espero con ansiedad la próxima entrega.

 Muchas gracias



Miguel Luis Sancho


4 comentarios:

Miguel Luis Sancho dijo...

Gracias por rescatar del baúl de los recuerdos el texto de la presentación.
Ya casi ni me acordaba de él.
Un abrazo, Julio.

julio cesar romano dijo...

Me hizo también ilusión. Es difícil encontrar críticas o reseñas de libros, aparte de los típicos resúmenes. Gracias por aquella presentación.

César dijo...

Excelente presentación de Miguel para una novela fascinante de Julio. Buen trabajo el vuestro.

julio cesar romano dijo...

Gracias, por la parte que me toca. Miguel Luis se lo trabajó mucho.