El Hada de los espejos ha recibido encargos mucho más importantes que este en su vida, pero ahora ha perdido la risa. Son dos historias paralelas a la vez que sencillas. La imagen final es el cuidado personal discreto. Más vale el encanto que la belleza asfixiante. Esto se repite varias veces.
Lo mejor es el aire lírico y fantántisco, perfectamente orquestado, que hace de su lectura un hermoso descanso. Un disfrute para los oídos y la mente.
En cuanto a las ilustraciones, me parecen muy adecuadas al contenido. Están muy elaboradas y tienen una gran belleza expresiva.
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